miércoles, 28 de octubre de 2015

! El llamado de Dios no es obligado.!

 Cada verdadero seguidor de Jesucristo dice que quiere hacer la voluntad de Dios. Pero la mayoría de los cristianos piensan que la voluntad de Dios es algo que se le impone – algo de mal gusto y difícil, lo cual están obligados a hacer. Creo que la perfecta voluntad de Dios es un asunto de gran importancia para todos aquellos que dicen amar al Señor. Y existe una vasta diferencia entre someterse a la voluntad de Dios y aceptar su voluntad.
Someterse significa “sujetarse a” o “rendirse a condiciones impuestas.” A menudo, uno piensa en someterse en términos de castigo o disciplina,muchos cristianos ven la voluntad de Dios de esta manera. Se imaginan a Dios como demandando que se rindan a un grupo de reglas y condiciones: “¡Hazlo a mi manera, o te desamparo! ”Aceptar significa, “tomar, como en los brazos” – presionar a tu pecho como en una expresión de amor y afecto. Sin embargo, el triste hecho es, muy pocos cristianos aceptan la perfecta voluntad de Dios. Los apóstoles tuvieron un solo deseo para todas las iglesias – que cada miembro supiera la voluntad perfecta de Dios para sus vidas y la aceptara. Pablo escribió acerca de un hermano llamado Epafras: “el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo. …Él siempre ruega encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.” (Colosenses 4:12). Epafras sabía que Dios tenía una voluntad especial para cada uno en la congregación. Y él sabia que si ellos entraban en la voluntad del Señor, encontrarían gozo, éxtasis y cada una de sus necesidades suplidas. Cristo le dijo a sus discípulos: “… porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.” (Juan 5:30). “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra.” (4:34). “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (6:38). Cuando llego esa hora para Cristo, él vio ante sí el doloroso precio de aceptar la perfecta voluntad del Padre. Significaba caminar directamente a las mandíbulas de la muerte – a un dolor indescriptible y desconocido – y el se puso “Mi alma está muy triste, hasta la muerte;” (Mateo 26:38). “Lleno de angustia… y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.” (Lucas 22:44). ¡La misma carne de Jesús comenzó a temblar! 1 Samuel 3, 8-10

Yahveh pues llamo la tercera vez a Samuel. Y el se levanto y vino a Eli y dijo: Heme aquí; ¿para que me has llamado? Entonces entendió Eli que Yahveh llamaba al joven. Y dijo Eli a Samuel: Ve y acuéstate y si te llamare dirás: Habla Yave por que tu siervo oye. Así fue Samuel y se acostó en su lugar. Y vino Yahveh y se paro y llamo como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, por que tu siervo oye.

En la vida hay momentos en los que Dios te hace un llamado, ese llamado para que vengas a El, para que te acerques mas a El, y para que le entres tu vida, por otro lado en tu vida cristiana Dios te hace un llamado especial, te ha escogido a ti para que le sirvas en determinado ministerio, pero muchas veces te haces como el que no es contigo, andas distraído pensando en otras cosas y no te fijas que Dios te esta llamando, piensas que Dios ha llamado a otros. Y es que muchas veces crees que no tienes la capacidad para hacerlo, pero si Dios te ha hecho un llamado es por que el te va abrir las puertas, por que el es quien te dará las herramientas que necesitas, por que el te va a capacitar y es que sabes que Dios te esta llamando pero no quieres hacerlo, no quieres obedecer, tal vez ya te hizo muchos llamados y tu aun no has entendido quizás por que no quieres entender.
Amado hermano tienes que estar atento a escuchar la voz de Dios ya no es tiempo de estar dormido en tus laureles, acepta el llamado que El te ha estado haciendo por mucho tiempo y que simplemente no lo has querido aceptar, ya no pienses que Dios le habla a los demás y no a ti, por que a ti es al que quiere usar. Dios esta buscando hombres y mujeres esforzados y valientes como tú para que acepten su llamado, para cumplir un propósito especial, obedece a su mandato.
Deja que el Señor use tu vida, que tú puedas ser un buen siervo y ministro suyo, hoy es el momento ya no sigas postergando ese llamado ¡vamos querido y amado hermano acepta el reto! y dile en este día así:
¡¡¡ HEME AQUÍ SEÑOR POR QUE TU SIERVO ESCUCHA!!! La manera del Señor casi siempre parece dolorosa y sin esperanza. Y aceptarla puede significar morir a todo lo que esperabas en la carne.

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