domingo, 20 de marzo de 2016

Los Primeros Cristianos.


Los Primeros Cristianos.


Coliseo Romano.


SAN DIONISIO OBISPO.

Sa
n Dionisio
Obispo
Año 265

Que el Espíritu Santo siga enviando a su Iglesia sabios y
santos que aviven en todo el pueblo un
gran amor hacia Dios y una gran caridad hacia los demás.

Valioso es un amigo fiel. Su precio es incalculable (S. Biblia Ecl. 6, 15).

Jesús es bajado de la CruzEntre los muchos santos que han llevado el nombre de Dionisio, el santo de hoy fue llamado "El Grande", o Dionisio Magno. San Atanasio lo llamó "Maestro de la Iglesia Católica", por su gran sabiduría y el notable ascendiente que tuvo entre los católicos de su tiempo.
Nació y vivió en Alejandría, Egipto. Al principio era pagano, pero después de haber tenido una visión, y al dedicarse a estudiar la S. Biblia se dio cuenta de que la verdadera religión es la católica y se convirtió.
En aquellos tiempos la escuela de teología más famosa que tenía nuestra Santa Iglesia era la de Alejandría. Allá iban a enseñar o a aprender los más destacados intelectuales del clero y Dionisio brilló allí como un alumno especialmente dotado de gran inteligencia y de prodigiosa memoria, y poco después de graduarse fue nombrado como director de tan famosa escuela, cargo que ejerció durante 15 años con aplauso de todos.
En el año 247 Dionisio fue elegido obispo de Alejandría, pero luego empezaron las persecuciones. Al principio eran los sacerdotes paganos que incitaban al populacho contra los seguidores de Cristo. Luego estalló la terrible persecución de Decio, y lo primero que hizo el gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a Dionisio. Los perseguidores lo buscaron por todas partes, menos en su casa, pues se imaginaban que había salido huyendo. Pero él no se había movido de su habitación.
A los cuatro días Dionisio dispuso huir con todos sus ayudantes pero la policía los atrapó y se los llevó presos a todos, menos a uno de los empleados que logró huir a contar la noticia. El fugitivo se encontró con un enorme grupo de personas que se dirigían a celebrar unas bodas y les narró lo sucedido. Aquellas gentes se llenaron de indignación y con palos y piedras atacaron a la policía y les quitaron a los prisioneros. Dionisio se oponía a esto, y se entristecía de que ya no podía ser mártir. Pero aquellos hombres no le hicieron caso a sus ruegos sino que lo subieron sobre una mula y lo mandaron al desierto, para que allá quedara libre de los perseguidores. En el desierto estuvo varios años hasta que terminó la persecución.
Al volver a Alejandría se encontró con que algunos teólogos se oponían al Pontífice de Roma y le pedían a él que los apoyara en esta oposición. Dionisio escribió a Novaciano, que era jefe de los rebeldes: "Es necesario estar resuelto a sufrir cualquier otro daño, antes que destruir la unidad de la Iglesia. Hay que estar tan dispuesto a morir a favor de la unidad de la Iglesia, como estaría uno dispuesto a morir por defender la fe". Y siguió siendo fiel al Papa de Roma.
El hereje Novaciano decía que a los que cometen faltas muy graves no se les debe perdonar nunca. San Dionisio, apoyando lo que enseñaba el Papa San Cornelio, escribió varias cartas recomendando tener una gran misericordia con los pecadores, y narraba cómo cuando un pobre que había sido muy pecador en la vida, estando moribundo pedía el perdón y la comunión, no teniendo más con quién enviarle la eucaristía, le mandaron la comunión con un niñito, y el pobre pecador al comulgar exclamó: "Ya he quedado libre de mis pecados. Puedo partir tranquilo para la eternidad". Y cuenta el santo que aquel hombre pecador Dios le conservó milagrosamente la vida hasta que llegó el que llevaba la Sagrada Eucaristía.
Dionisio que había estudiado y enseñado por 15 años lo referente a la S. Biblia, empleó con gran maestría una serie de frases muy especiales de la Sagrada Escritura para combatir a los herejes. Estas respuestas de tan notable sabio sirvieron mucho en los siglos siguientes para enfrentarse a los que negaban verdades de nuestra santa religión.
En el año 257 estalló la persecución de Valeriano. El gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus sacerdotes y les exigió que adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo respondió: "Nosotros los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios que existe, que es el Creador de cielos y tierra. Rezamos por Valeriano y los demás gobernantes, pero en cuanto a la religión sólo obedecemos a nuestra Santa Iglesia. Ofrecemos oraciones y sacrificios por la paz, el bienestar y la prosperidad de la patria, pero en cuestiones religiosas dependemos solamente de Nuestro Señor Jesucristo". Por más que el gobernador trató de convencerlos para que adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y fueron desterrados al terrible desierto de Libia.
Pero a los dos años el emperador perseguidor fue hecho prisionero y esclavo por sus enemigos, y Dionisio y sus sacerdotes pudieron volver a Alejandría. Mas allá se encontraron que por falta de enseñanzas religiosas las gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban y se mataban por cualquier cosa (la mayor parte de esas gentes eran paganas). No se podía ya ni salir a la calle sinpeligro de ser asesinados. El santo obispo escribía: "Es más peligroso andar tres cuadras por esta ciudad, que viajar 300 kilómetros por el resto de la nación". Les faltaba el espíritu cristiano, que es caridad, perdón y paz con todos.
Y para colmo de penas llegaron la peste de tifo negro y la disentería. Las gentes morían por centenares, pero entonces brilló la caridad cristiana. Mientras los paganos echaban los cadáveres a las calles y desterraban de sus casas a los enfermos, los cristianos dirigidos por su obispo, sepultaban caritativamente a los muertos y asistían con gran caridad a los infectados. Esto les atrajo muchas simpatías en la gran ciudad.
Después de haber sido obispo de Alejandría por 17 años dando muestra de gran prudencia y santidad y ganándose la simpatía y la admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio murió en el año 265.
San Epifanio cuenta que por muchos años las gentes lo recordaban como un verdadero padre y maestro, y dedicaron un templo en su honor. Sus virtudes y sus sabios escritos le dieron fama universal.

LO QUE NO SABEMOS DE CIERTAS COSAS DE SEMANA SANTA.

 FECHA
La fecha de Semana Santa no se determina por el calendario gregoriano, sino por el lunar. En el año 325, el Concilio de Nicea I determinó que el día de Pascua sería el primer domingo después de la primera luna tras el equinoccio de primavera.  Los Huevos de Pascua
¿Qué tendrá que ver un huevo con la Semana Santa? Resulta que no se podían consumir lácteos ni huevos durante la Cuaresma, por lo que preservaban algunos huevos hervidos y cubiertos en cera y los regalaban el Día de Pascua. Para que fueran más atractivos, los pintaban y, poco después, se remplazaron los huevos de gallina por los de chocolate, decorados con confituras.

PASOS
Los pasos de Semana Santa tienen su origen en las re-presentaciones teatrales medievales, que salieron de las Iglesias a las calles. Los actores viajaban en carros de pueblo en pueblo y sobre una especie de platafor-ma que era transportada por doce personas, Jesús, Ma-ría, los Evangelistas y los Santos realizaban sus repre-sentaciones teatrales. A estas «performance» religiosas se las llamaba «Pasos», y con el tiempo fueron evolucionando hasta convertirse en los que conocemos hoy en día.                                                LA MARACUYÁ, LA FRUTA DE LA PASIÓN
La «pasión» a la que se refiere este segundo nombre se debe a que la flor de esta fruta tropical recuerda a la imagen de la Crucifixión de Jesús: los clavos, la cruz, el martillo.                                            DOMINGO DE PASCUA
El domingo de Pascua de Resurrección siempre debe ser el que viene después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de la primavera boreal. Esta fecha se estableció en el Concilio de Nicea I del año 325. El único límite es que el domingo de Pascua no puede ser nunca ni antes del 22 de marzo ni tras el 25 de abril.

EL CAPIROTE O CAPUCHÓN
Hay que remontarse hasta los comienzos de la Inquisición, cuando a las personas que estaban castigadas por motivos religiosos se les imponía la obligación de usar una prenda de tela que les cubriera el pecho y la espalda y un cucurucho de cartón en señal de penitencia. Esta costumbre fue adoptada por algunas cofradías de Semana Santa y dependiendo la zona son diferentes (en unos sitios se usa con antifaz y en otros sin él)

QUEMAR A JUDAS
Al término de la Semana Santa se acostumbra la tradicional quema de Judas, (un ser hereje representado ya sea por un diablo o un personaje político), una costumbre originaria de España que simboliza la purificación del cuerpo a través del fuego así como la llegada de la temporada de siembras y de la primavera. En México, los Judas se han convertido en una especial artesanía elaborada con carrizos, zacate, papel o cartón y pintura comercial según la región.
REPRESENTACIÓN
La representación de la Pasión de Cristo se remonta a la Edad Media, cuando en sitios como el monasterio suizo de Saint Gall, alrededor del siglo X, los monjes comenzaron a acompañar los oficios religiosos de la Semana Santa con música y dramatizaciones de escenas clave como la Última Cena
OFICIO DE TINIEBLAS
Uno de los ritos más dramáticos de la Semana Santa era el denominado Oficio de Tinieblas (officium tenebrarum en latín), realizado en la tarde de los días santos (miércoles, jueves y viernes) donde un candelabro con 15 cirios se apaga paulatinamente hasta quedar el templo a oscuras, representando el abandono en que queda Cristo durante su Pasión. Desde mediados del siglo XX ya no se practica.
PRIMERA SEMANA SANTA
El primer testimonio sobre el ayuno en la Semana Santa fue descrito por Atanasio de Alejandría, obispo y santo, quien en el año 329 escribió documentos narrando los rituales de las comunidades cristianas de la época, destacando prolongados períodos de ayuno y oración durante estos días.
DANDO LA MATRACA
Cuando decimos que alguien nos está “dando la matraca” no pensamos en que esto tenga ninguna alusión religiosa pero, en realidad, esta expresión se-ría equiparable a “dar la tabarra” o “ser un pelmazo” y viene de la Semana Santa. La matraca es una cruz de madera que sonaba antes de los maitines en el Jueves y Viernes Santo. En algunos pueblos todavía se usa para conmemorar la muerte de Jesucristo.
LÁZARO, FIESTA ORTODOXA
Sábado de Lázaro es una celebración pascual. En este día, la Iglesia glorifica a Cristo como “la Resurrección y la Vida” quien, resucitando a Lázaro, ha confirmado la resurrección universal de toda la humanidad aun antes de Su propia Pasión, Muerte y Resurrección.

sábado, 19 de marzo de 2016

Calendario Druida

Para los Druidas las estaciones representaban los ciclos de la vida o procesos sagrados, de los que dependía la subsistencia, combinándose con los conceptos espirituales o divinos, basados en la Rueda del Año Solar.
De la Rueda del Año se establecen las festividades Celtas que afirman los conocimientos naturales, los druidas crearon el alfabeto Oghámico o símbolos secretos basados en las plantas, que solo podía ser comprendido por los iniciados.
Relacionaban a los meses del año con un árbol y a éste alfabeto con las hojas de los mismos, usándolas como medio de comunicación y a su vez se relacionaba con su calendario, conformado por los 13 meses lunares, cada uno de ellos era definido por un árbol en particular.
Así la Rueda del Año se forma con los meses, los árboles y con cada una de las festividades o Sabbats, dentro de las distintas interpretaciones la Rueda del Año muestra los aconteceres de la dualidad divina entre el Dios “Beltan” o el “Sol” y la Diosa “Yule” o la “Tierra”.
Así es en un ciclo donde nace de la Diosa en Yule, incrementando su poder en el equinoccio de primavera, para luego regresar como una Doncella.
Es entonces que en el Beltane, se produce el cortejo entre los dioses, de lo que surge la fecundación, así en el Lughnassadh, comieza el ciclo menguante, donde el Dios declina en influencia, llegando a la muerte o letargo, penetrando en el inframundo, para renacer en el Samhain de Yule la diosa de la fecundidad, quien de madre se convierte en abuela.
Existen varias leyendas que explican la “Rueda del año o el ciclo de la vida”, una de ella enfocada como leyenda “solar”, cuenta el existe “Oak King” y “Holly King“, uno domina el invierno, otro el verano.
Cuan llega el solsticio estival “Oak king” (Rey Roble) se encuentra en plenitud de fuerza, mientras el “Holly King” (Rey Acebo) se encuentra débil, así el Rey Acebo comienza a ganar poder sobre el equinoccio del otoño, fluyendo con el ciclo y llegando a su máximo en el solsticio de invierno (Yule).
Las festividades antiguas celtas, wiccas que componen la Rueda del Año, son:
Samhain: 31 de octubre, última noche del año druídico. Festividad para honrar a los muertos.
Beltayne: 1 de mayo. Agradecimiento a los dioses familiares por proteger los fuegos del hogar.
Ymbolc: 1 de febrero. Festividad de la purificación y de recogimiento invernal en espera de la primavera.
Lugnasad: 1 de agosto. Celebración de la cosecha y agradecimiento a la tierra por su generosidad.
Ostara: 21 de marzo. Celebra la llegada de la primavera.
Litha: 23 de junio. Celebra la abundancia y la belleza de la tierra.
Yule: 23 de diciembre. Celebra el nacimiento del Dios Sol.
Mabon: 23 de septiembre. Celebra el fin del verano.
los Druidas las estaciones representaban los ciclos de la vida o procesos sagrados, de los que dependía la subsistencia, combinándose con los conceptos espirituales o divinos, basados en la Rueda del Año Solar.
De la Rueda del Año se establecen las festividades Celtas que afirman los conocimientos naturales, los druidas crearon el alfabeto Oghámico o símbolos secretos basados en las plantas, que solo podía ser comprendido por los iniciados.
Relacionaban a los meses del año con un árbol y a éste alfabeto con las hojas de los mismos, usándolas como medio de comunicación y a su vez se relacionaba con su calendario, conformado por los 13 meses lunares, cada uno de ellos era definido por un árbol en particular.
Así la Rueda del Año se forma con los meses, los árboles y con cada una de las festividades o Sabbats, dentro de las distintas interpretaciones la Rueda del Año muestra los aconteceres de la dualidad divina entre el Dios “Beltan” o el “Sol” y la Diosa “Yule” o la “Tierra”.
Así es en un ciclo donde nace de la Diosa en Yule, incrementando su poder en el equinoccio de primavera, para luego regresar como una Doncella.
Es entonces que en el Beltane, se produce el cortejo entre los dioses, de lo que surge la fecundación, así en el Lughnassadh, comieza el ciclo menguante, donde el Dios declina en influencia, llegando a la muerte o letargo, penetrando en el inframundo, para renacer en el Samhain de Yule la diosa de la fecundidad, quien de madre se convierte en abuela.
Existen varias leyendas que explican la “Rueda del año o el ciclo de la vida”, una de ella enfocada como leyenda “solar”, cuenta el existe “Oak King” y “Holly King“, uno domina el invierno, otro el verano.
Cuan llega el solsticio estival “Oak king” (Rey Roble) se encuentra en plenitud de fuerza, mientras el “Holly King” (Rey Acebo) se encuentra débil, así el Rey Acebo comienza a ganar poder sobre el equinoccio del otoño, fluyendo con el ciclo y llegando a su máximo en el solsticio de invierno (Yule).
Las festividades antiguas celtas, wiccas que componen la Rueda del Año, son:
Samhain: 31 de octubre, última noche del año druídico. Festividad para honrar a los muertos.
Beltayne: 1 de mayo. Agradecimiento a los dioses familiares por proteger los fuegos del hogar.
Ymbolc: 1 de febrero. Festividad de la purificación y de recogimiento invernal en espera de la primavera.
Lugnasad: 1 de agosto. Celebración de la cosecha y agradecimiento a la tierra por su generosidad.
Ostara: 21 de marzo. Celebra la llegada de la primavera.
Litha: 23 de junio. Celebra la abundancia y la belleza de la tierra.
Yule: 23 de diciembre. Celebra el nacimiento del Dios Sol.
Mabon: 23 de septiembre. Celebra el fin del verano.

La maternidad divina de María.

La maternidad divina de María – Catecismo de la Iglesia
495 Llamada en los Evangelios 'la Madre de Jesús'(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como 'la madre de mi Señor' desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] (cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251).
La virginidad de María
496 Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido absque semine ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán, año 649; DS, 503), esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:
Así, san Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen [...] Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato [...] padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente» (Epistula ad Smyrnaeos, 1-2).

AMBIENTE ANTES DEL CONCILIO


El Concilio de Nicea fue el primer concilio ecuménico de la Iglesia y se convocó en el año 325, tan solo doce años después de finalizar las persecuciones, cuando por primera vez la Iglesia podía reunirse en paz y sin ser molestada. Se convocó ante la amenaza que suponía la herejía arriana, que estaba extendiéndose rápidamente por algunas partes de oriente desde el 318, cuando el presbítero y predicador Arrio se enfrentó a su obispo, el de Alejandría, negando que Jesús fuera el mismísimo Dios, sino más bien una creatura divina subsidiaria del Padre. Dicha herejía ya fue condenada en un concilio de todo Egipto, pero Arrio se refugió en Nicomedia, bajo la protección de su amigo el obispo Eusebio, y la herejía siguió extendiéndose por otras zonas de oriente.
Han habido 21 Concilios Ecuménicos, sin contar el Primero de Jerusalén, son: I De Nicea. 325 I De Constantinopla. 381 De Éfeso. 431 De Calcedonia 451 II De Constantinopla. 553 III De Constantinopla. 680-681 II De Nicea. 787. IV De Constantinopla. 869-970. I De Letrán. 1123. II De Letrán. 1139. III De Letrán. 1179. IV De Letrán. 1215. I De Lyon. 1245. (en Francia). II De Lyon. 1274. De Vienne. (Francia) 1311. De Constanza. 1414-1418. (Alemania). De Ferrara - Florencia. 1438-1442. V De Letrán. 1512-1517. De Trento. 1545-1563. Vaticano I. 1869-1870. Vaticano II. 1962-1965. El Séptimo Concilio Ecuménico de Nicea en el 787, condeno a los Iconoclastas.

Si consideramos, como punto de partida, el Concilio de Jerusalén (49 DC) en el que, entre otras conclusiones, se acordó admitir la conversión de los gentiles sin obligarles a seguir los ritos judíos, para llamar a los discípulos de Cristo católicos, es, digamos, desde entonces, cuando podemos decir que o se es católico o sólo se aparenta serlo.
Los Concilios Ecuménicos.
I De Nicea. 325
I De Constantinopla. 381
De Éfeso. 431
De Calcedonia 451
II De Constantinopla. 553
III De Constantinopla. 680-681
II De Nicea. 787.
IV De Constantinopla. 869-970.
I De Letrán. 1123.
II De Letrán. 1139.
III De Letrán. 1179.
IV De Letrán. 1215.
I De Lyon. 1245. (en Francia).
II De Lyon. 1274.
De Vienne. (Francia) 1311.
De Constanza. 1414-1418. (Alemania).
De Ferrara - Florencia. 1438-1442.
V De Letrán. 1512-1517.
De Trento. 1545-1563.
Vaticano I. 1869-1870.
Vaticano II. 1962-1965.
Los 16 Documentos del Concilio Vaticano II
Cuatro Constituciones
Los nueve decretos
Las tres declaraciones. La Iglesia en el mundo actual. "Schema XIII" - "Gaudium et spes".
La comunidad cristiana se reconoce solidaria del genero humano y de su historia. Quiere salvar al hombre en su totalidad.
En esta Constitución la Iglesia ha querido hoy considerar al mundo en todas sus expresiones: cósmicas, humanas, históricas. Afirma que la Iglesia es solidaria, íntimamente solidaria con el genero humano. Constata que ante los formidables cambios que sacuden a este mundo, muchos hombres se interrogan. Afirma que se debe reconocer la "igualdad" fundamental de los hombres. Explica lo que la Iglesia puede hacer para ayudar a los hombres.
Aborda 5 problemas que cree urgente:
la familia.
la cultura.
la vida económico - social.
la vida política.
vida internacional.
D) La Revelación Divina. "Dei Verbum"
Los impulsos escriturísticos cobraron impulso decisivo con León XIII, Pío X, Benedicto XV y más tarde Pío XII. Se paso de un excesivo apegamiento a la palabra material del texto a una penetración más profunda de los hechos y dichos de Dios como portadores de un mensaje de salvación para los hombres. Se propuso una interpretación desde un ángulo contextual y no meramente textual de la palabra escrita. Decreto: es una decisión o un conjunto de decisiones que tienen un alcance práctico normativo o disciplinar.
A) La actividad misionera de la Iglesia.
La Iglesia debe insertarse en todos los grupos humanos respetando sus condiciones sociales y culturales.
B) Vida y ministerio de los sacerdotes.
Los sacerdotes, cooperadores de los obispos, son servidores de Cristo y de sus hermanos para la palabra de Dios, el don de los sacramentos y la constitución de la Iglesia.
C) Renovación de la vida religiosa.

Retornó a las fuentes evangélicas y participación en la vida de la Iglesia son las condiciones de vitalidad de las órdenes religiosas.
D) La educación cristiana.
Todo hombre tiene derecho a educación. La familia es la primera responsable.
E) La misión de los obispos.
Los obispos participan en el cuidado de todas las Iglesias.
F) Formación de los sacerdotes.
A toda la comunidad cristiana incumbe el deber de suscitar vocaciones.
G) Apostolado de los seglares. "Apostolicam actuositatem"
Los laicos tienen, por su unión con Cristo, deber y derecho de ser apóstoles.
La vocación cristiana es por su misma naturaleza, vocación también para el apostolado. El deber y el derecho del seglar al apostolado deriva de su misma unión con Cristo Cabeza. Insertos por el bautismo en el Cuerpo Místico de Cristo, robustecidas por la confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, es el mismo Señor el que los destina al apostolado. Las circunstancias actuales piden un apostolado seglar mucho más intenso y más amplio.
H) Las Iglesias Orientales Católicas.
La variedad en la Iglesia no daña su unidad, sino que manifiesta su riqueza espiritual.
I) El ecumenismo. "Unitatis Redintegratio"
Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos.
Las primeras iniciativas nacieron de los protestantes. El impulso decisivo por parte católica vino de Juan XXIII, que en 1961 creó el Secretariado para la Unidad de los Cristianos. Frutos del movimiento ecuménico son: la revalorización católica de la lectura de la Escritura, la revisión de la Institución demasiado autoritaria y uniforme y el uso de obras escritas por teólogos protestantes.

Declaración: es la expresión de una etapa en la investigación y la aclaración.
A) La libertad religiosa.
La verdad no se impone más que por la fuerza de la verdad.
B) Los medios de comunicación social.
Prensa, cine, radio, TV, deben contribuir a la justicia y a la verdad.
C) Las relaciones de la Iglesia con las religiones no - cristianas.
La Iglesia mira con estima las demás religiones, porque contienen una parte de verdad. Rechaza toda discriminación racial o religiosa.

ORIGEN de los Gnosticos

Iglesia Gnóstica o Gnósticos

Por una parte, la gnosis (saber) es considerada, en general, como una ciencia religiosa profunda y secreta que hace referencia a la salvación del hombre. Por otra parte, existe también una gnosis verdadera que es la que hace referencia al conocimiento de Cristo alcanzado por la revelación. Por último, está la falsa gnosis o gnosticismo de los siglos I-III d. C. que aparece como una mística secreta acerca de la salvación; aquí se mezclaron el cristianismo con pensamientos judíos y paganos; defiende el "dualismo" y que hay conocimientos que sólo los alcanzan los elegidos.
La Iglesia gnóstica fue fundada por el alemán Arnold Krum-Heller (1876-1949) su seudónimo es Huiracocha, el soberano Comendador. Esta "Iglesia" también se llama Fraternidad Rosacruciana Antigua y está asociada a la "Confederación Universal de los Iniciados". Arnold se autotituló arzobispo de esta Iglesia, la que se manifiesta anticatólica.
El fundador de este grupo afirma que tienen su libro sagrado Pistis Sophia. "Pistis" significa fuerza mágica. "Pistis Sophia" es la magia blanca. Este libro se encuentra en traducciones de algunos antiguos manuscritos. Pero este grupo dice tener el verdadero original griego. Las enseñanzas se dan a conocer solamente a quienes están en condiciones de recibir las verdades y pura doctrina que se encuentran allí. Por otra parte, también se afirma que sólo se conocen algunos fragmentos de la Pistis Sophia y que la versión más antigua de este escrito se encontraría en lengua copta en el museo de Londres.
Esta secta esotérica estudia y alaba a gnósticos de los primeros siglos como Simón Mago, Valentín, Basílides, Narcrón, Albigenses y otros. También consideran como iniciados a personas como San Agustín, Tertuliano, San Ambrosio, Clemente de Alejandría, Orígenes y otros cristianos.

El pensamiento de la gnosis se encuentra presente de diferentes formas en varias sectas. Y los gnósticos tienen igualmente influencias de otros grupos como los rosacruces y la teosofía; se creen la verdadera Iglesia de Cristo y su origen remoto vendría de antes de los esenios de Qumram. Ellos piensan que han conservado la pureza de los misterios antiguos.                                                             Venid, pues, bebed de este fuente. La Iglesia Gnóstica no es una Iglesia sino un nuevo ideal Religioso pensado para este tiempo. Es la Iglesia de Cristo, la que Jesús predicó, el divino Rabí de Galilea, con todos sus sagrados Misterios Iniciáticos. Es la Iglesia de la Redención, la Primitiva Iglesia Cristiana, que sufrió todos los embates del sectarismo católico.  

La Resurrección como Iniciación


La Resurrección de Cristo no era interpretada de una forma literal sino simbólica. Ella simbolizaba la forma como era posible  experimentar la presencia de Cristo a un nivel espiritual; ella es el momento de la iluminación, el momento en que se alcanza la gnosis. Sobre este asunto, el Tratado sobre la Resurrección dice:
No supongan que la resurrección es una aparición.En vez de eso lo que deberíamos de  sostener es que es el mundo que constituye una aparición y no la resurrección. Esta es una revelación de aquello que en verdad existe y una migración para lo nuevo.
El autor de este texto considera la existencia humana normal como una muerte espiritual y que, a través de la Resurrección, el hombre se vuelve espiritualmente vivo. En el “Evangelio de Felipe” encontramos presente la misma idea: Tú viste el Espíritu, tú te convertiste en el Espíritu. Tú viste al Cristo, tú te convertiste en el Cristo. Tú viste al Padre, tú te convertiste en el Padre.
“Para los cristianos de los primeros siglos, Cristo era el símbolo vivo de la propia divinidad en ellos, el fruto glorioso del germen que ellos forjaban en su propio corazón. La doctrina del Cristianismo Esotérico no era la salvación por un Cristo exterior, sino la glorificación y la perfección de todos en el Cristo interior.”
El Cosmos
De la misma manera que la tradición hindú, la filosofía gnóstica se asienta en la concepción de un Dios Absoluto, la Divinidad Suprema, Transcendente a todo el universo manifestado. Este Dios es El único Señor y Dios  Pues no fue generado  Por consiguiente, en la acepción debida, el único Padre y Dios es aquél que no fue generado por nadie.
La Raíz de Todo, el Inefable que reside en la Mónada. Reside por sí sólo en el silencio ya que, al final, El era una Mónada, y nadie existió antes que El.
En el “Libro de Melquisedec”, del Evangelio del Mar Muerto, se nos da una magnífica descripción del Dios Inmanifestado:
Antes de que existiese una estrella brillando, antes de que hubiese ángeles cantando, ya había un cielo, el hogar del Eterno, el único Dios. Perfecto en Sabiduría, Amor y Gloria, el Eterno vivió una eternidad, antes de concretizar Su bello sueño, la creación del Universo. Los incontables seres que componen la creación fueron, todos, ideados con mucho amor. Desde el ínfimo átomo a las gigantescas galaxias, todo mereció Su suprema atención.
Valentín, uno de los más sabios entre los gnósticos, comienza su exposición filosófica con la premisa de que Dios es esencialmente indescriptible: nada se puede decir acerca de su Seidad pues el mismo concepto está mucho más allá de nuestra comprensión. No en vano sugiere que el Divino puede ser considerado como una deidad “consistiendo, por un lado, en el Inefable, la Profundidad, el Padre Primordial; y, por otro lado, en la Gracia, el Silencio, el Vientre y la Madre-de Todo”. La misma idea puede encontrarse en dos textos más recientemente hallados, “o Protenoia Trimórfico” (literalmente, el “Pensamiento Primordial Triplemente Formado”):
Yo soy Protenoia, el Pensamiento que reside en la Luz  La que existe antes que Todo. Yo soy la percepción y el conocimiento, y emito una Voz a través del Pensamiento.
Yo soy Andrógino, Yo soy tanto Padre como Madre, ya que copulo conmigo mismo. Yo soy el vientre que da forma al Todo.

En la Gran Anunciación, el origen del Universo es explicado de la siguiente forma:
Del poder del Silencio surgió un gran poder, la mente del Universo, que genera todas las cosas, y que es un varón (...), el otro es una gran Inteligenciaes una hembra que produce todas las cosas. 
Helena Blavatsky, al describir las filosofía de Basílides, otro fran sabio gnóstic, nos dice que él afirmaba que el “Padre desconocido, Eterno y No Creado, dió nacimiento en primer lugar al Nous, la Mente, Esta emanó de sí misma al Logos. El Logos (el “Verbo” de Juan) emanó a su vez a las Phrónesis, las Inteligencias. De las Phronesis nació Sophia, la Sabiduría femenina, y Dynamis, la fuerza. Tales fueron los atributos  personificados de la misteriosa Divinidad, el quinterno gnóstico, que simboliza a las cinco sustancias espirituales, aunque inteligibles, las virtudes personales o los seres exteriores de la Divinidad desconocida. Esta es una idea eminentemente cabalística; y más todavía es budista.”  

El Gnosticismo.

El Gnosticismo: ¿Herejía u Ortodoxia?
El Gnosticismo, doctrina filosófico-religiosa de los gnósticos, es la enseñanza basada en la gnosis, término griego que significa literalmente conocimiento. Obviamente, en este caso, se trata del conocimiento sagrado (o Sophia).
Durante mucho tiempo, fue mostrado como una herejía, una simple secta del cristianismo: primero habría existido el cristianismo, con su teología, y solo después habría surgido la herejía gnóstica. Von Hartman, un historiador alemán de finales del siglo XIX, aún consideraba que los gnósticos, interpretando la doctrina cristiana a la luz de la filosofía griega, distorsionaron aquel mensaje y propagaron formas falsas de la enseñanza cristiana.
Con el desarrollo del estudio de la Historia de las Religiones, esta perspectiva fue abandonada, pasando a dejar clara y resuelta la idea de que el gnosticismo es un fenómeno básicamente precristiano y un movimiento religioso independiente. En el comienzo del siglo XX, Wilhelm Bousset declaró que “el gnosticismo es antes que nada un movimiento precristiano con raíces en sí mismo. Deberá por tanto ser entendido. en sus propios términos y no como una excisión o derivado de la religión cristiana.” Walter Bauer publicó en 1934 una obra que reconocía que “originalmente, ciertas manifestaciones de vida cristiana que los autores de la Iglesia denuncian como herejías, no habían sido nada de tal género, siendo por el contrario las únicas formas de la nueva religión; esto es, en esas regiones, eran simplemente el cristianismo”. La gnosis es el conocimiento espiritual y sagrado, correspondiente al Gupta-vidya de los hindús, la visión con los ojos del alma o percepción espiritual, y solo puede ser alcanzado a través de la Iniciación en los Misterios Espirituales. 
 Para los gnósticos, la gnosis es (era) esencialmente un proceso de autoconocimiento como conocimiento de Dios.
Abandonad la búsqueda de Dios y de la creación y demás cuestiones de índole semejante. Conseguidlo tomándoos a vosotros mismos como punto de partida. Aprended qué es lo que, dentro de vosotros, hace suyo todo cuanto existe y decid: “ Dios mío, mi razón, mi pensamiento, mi alma, mi cuerpo”. Aprended las fuentes de la tristeza, de la alegría, del amor, del odio. Si investigaseis cuidadosamente estas cuestiones, descubrireis a Dios en vosotros mismos.
El hombre que se conoce a sí mismo, al más profundo nivel, conoce simultáneamente a Dios y para de hacer.
Golpead a la puerta que sois y caminad por la linea recta que sois. Pues si caminaseis por la línea, será imposible que os extravieis. Abrid la puerta por vosotros mismos, de manera que podais llegar a conocerla. Todo aquello que abrieseis por vosotros mismos, lo abrireis efectivamente. 
Mientras tanto, la idea, explicitada por Annie Besant en la “Sabiduría de los Upanishads”, de que la Naturaleza del Espíritu Universal también se encuentra en nosotros mismos, de que el Atman o Yo más interno, que es (uno con) Brahman conoce la manifestación externa de Brahman, contribuye a la comprensión del Reino de Dios referido en el Evangelio de Tomás. Tal como el Espíritu Universal se encuentra en nosotros y fuera de nosotros, es posible conocer el Reino de Dios dentro de nosotros, a través del autoconocimiento, y fuera de nosotros, a través del conocimiento de las leyes que rigen el Cosmos, siendo éstas el Pensamiento Divino encarnado. De hecho, el reino se encuentra dentro de vosotros, y a la vez se encuentra fuera de vosotros. Cuando llegueis a conoceros, sereis entonces conocidos, y percibireis que sois los hijos del Padre vivo.
En este  viaje de autodescubrimiento la mente es nuestro guía fiel y la razón nuestro maestro:  forjad vuestro guía y vuestro maestro. La mente es el guía, pero el maestro es la razón. Vivid de acuerdo con vuestra mente. Adquirid fuerza, pues la mente es fuerte. Encended la lámpara que teneis dentro de vosotros. 

San Pablo y los Primeros Cristianos

"https://www.youtube.com/embed/Djeobz-z-ws" Los cristianos formaron comunidades locales—iglesias— bajo la autoridad pastoral de un obispo. El obispo de Roma —sucesor del Apóstol Pedro— ejercía el Primado sobre todas las iglesias. La Eucaristía era centro de la vida cristiana. El rechazo del Gnosticismo fue la gran victoria doctrinal de la Iglesia primitiva. Los cristianos formaron comunidades locales—iglesias— bajo la autoridad pastoral de un obispo. El obispo de Roma —sucesor del Apóstol Pedro— ejercía el Primado sobre todas las iglesias. La Eucaristía era centro de la vida cristiana. El rechazo del Gnosticismo fue la gran victoria doctrinal de la Iglesia primitiva. 1. Introducción
La expansión del Cristianismo en el mundo antiguo se acomodó a las estructuras y modos de vida propios de la sociedad romana. Examinadas ya la progresiva realización del principio de universalidad cristiana y las relaciones entre la Iglesia y el Imperio pagano, procede ahora exponer los principales aspectos de la vida interna de las cristiandades: su composición social y jerárquica, el gobierno pastoral, la doctrina, la disciplina, el culto litúrgico, etc.
La Roma clásica promovió por doquier, con deliberado propósito, la difusión de la vida urbana: municipios y colonias surgieron en gran número por todas las provincias de un Imperio para el cual urbanización era sinónimo de romanización. El Cristianismo nació en este contexto histórico y las ciudades fueron sede de las primeras comunidades, que constituyeron en ellas iglesias locales. Las comunidades cristianas estaban rodeadas de un entorno pagano hostil, que favorecía su cohesión interna y la solidaridad entre sus miembros. Pero esas iglesias no fueron núcleos perdidos y aislados: la comunión y la comunicación entre ellas era real y todas tenían un vivo sentido de hallarse integradas en una misma Iglesia universal, la única Iglesia fundada por Jesucristo.
2. Jerarquía y unidad de la Iglesia Primitiva
Muchas iglesias del siglo I fueron fundadas por los Apóstoles y, mientras éstos vivieron, permanecieron bajo su autoridad superior, dirigidas por un «colegio» de presbíteros que ordenaba su vida litúrgica y disciplinar. Este régimen puede atestiguarse especialmente en las iglesias «paulinas», fundadas por el Apóstol de las Gentes. Pero a medida que los Apóstoles desaparecieron, se generalizó en todas partes el episcopado local monárquico, que ya se había introducido desde un primer momento en otras iglesias particulares. El obispo era el jefe de la iglesia, pastor de los fieles y, en cuanto sucesor de los Apóstoles, poseía la plenitud del sacerdocio y la potestad necesaria para el gobierno de la comunidad.
La clave de la unidad de las iglesias dispersas por el orbe, que las integraba en una sola Iglesia universal, fue la institu­ción del Primado romano. Cristo, Fundador de la Iglesia —tal como se recordó en otro lugar—, escogió al Apóstol Pedro como la roca firme sobre la que habría de asentarse la Iglesia. Pero el Primado conferido por Cristo a Pedro no era, de nin­gún modo, una institución efímera y circunstancial, destinada a extinguirse con la vida del Apóstol. Era una institución per­manente, prenda de la perennidad de la Iglesia y válida hasta el fin de los tiempos.
Pedro fue el primer obispo de Roma, y sus sucesores en la Cátedra romana fueron también sucesores en la prerrogativa del Primado, que confirió a la Iglesia la constitución jerárquica, querida para siempre por Jesucristo. La Iglesia romana fue, por tanto —y para todos los tiempos—, centro de unidad de la Iglesia universal.
3. El ejercicio del Primado
El ejercicio del Primado romano ha estado lógicamente condicionado, a lo largo de los siglos, por las circunstancias históricas. En épocas de persecución o de difíciles comunicaciones entre los pueblos, aquel ejercicio fue menos fácil e intenso que en otros momentos más propicios. Pero la historia permite documentar, desde la primera hora, tanto el reconocimiento por las demás iglesias de la preeminencia que correspondía a la Iglesia romana, como la conciencia que los obispos de Roma tenían de su Primacía sobre la Iglesia universal.
A principios del siglo II, San Ignacio, obispo de Antioquía, escribía que la Iglesia romana es la Iglesia «puesta a la cabeza de la caridad», atribuyéndole así un derecho de supremacía eclesiástica universal. Para San Ireneo de Lyon, en su tratado «Contra las herejías» (a. 185), la Iglesia de Roma gozaba de una singular preeminencia y era criterio seguro para el cono­cimiento de la verdadera doctrina de la fe.
De la conciencia que tenían los obispos de Roma de poseer el Primado sobre la Iglesia universal ha quedado un testimonio insigne, que se remonta al siglo I. A raíz de un grave problema interno, surgido en el seno de la comunidad cristiana de Corinto, el papa Clemente I intervino de modo autoritario. La carta escrita por el Papa, prescribiendo aquello que procedía hacer y exigiendo obediencia a sus mandatos, constituye una clara prueba de la conciencia que tenía de su potestad primacial; y no es menos significativa la respetuosa y dócil acogida dispensada por la iglesia de Corinto a la intervención pontificia.
4. Proceso de conversión
«Los cristianos no nacen, se hacen», escribió Tertuliano a finales del siglo II. Estas palabras pudieron significar, entre otras cosas, que, en su tiempo, la gran mayoría de los fieles no eran —como serían a partir del siglo IV— hijos de padres cristianos, sino personas nacidas en la gentilidad, venidas a la Iglesia en virtud de una conversión a la fe de Jesucristo. El bautismo —sacramento de incorporación a la Iglesia— constituía entonces el coronamiento de un dilatado proceso de iniciación cristiana.
Este proceso, comenzado por la conversión, proseguía a lo largo del «catecumenado», un tiempo de prueba y de instrucción catequética, instituido de modo regular desde finales del siglo II. La vida litúrgica de los cristianos tenía su centro en el Sacrificio Eucarístico, que se ofrecía por lo menos el día del domingo, bien en una vivienda cristiana —sede de alguna «iglesia doméstica»—, o bien en los lugares destinados al culto, que comenzaron a existir desde el siglo III.
5. La diversidad cultural entre los cristianos
Las antiguas comunidades cristianas estaban constituidas por toda suerte de personas, sin distinción de clase o condición. Desde los tiempos apostólicos, la Iglesia estuvo abierta a judíos y gentiles, pobres y ricos, libres y esclavos. Es cierto que la mayoría de los cristianos de los primeros siglos fueron gentes de humilde condición, y un intelectual pagano hostil al Cristianismo, Celso, se mofaba con desprecio de los tejedores, zapateros, lavanderas y otras gentes sin cultura, propagadores del Evangelio en todos los ambientes.
Pero es un hecho indudable que, desde el siglo I, personalidades de la aristocracia romana abrazaron el Cristianismo. Este hecho, dos siglos más tarde, revestía tal amplitud que uno de los edictos persecutorios del emperador Valeriano estuvo dirigido especialmente contra los senadores, caballeros y funcionarios imperiales que fueran cristianos.
6. Estructura de las comunidades paleocristianas
La estructura interna de las comunidades cristianas era jerárquica. El obispo —jefe de la iglesia local— estaba asistido por el clero, cuyos grados superiores —los órdenes de los presbíteros y los diáconos— eran, como el episcopado, de institución divina. Clérigos menores, asignados a determinadas funciones eclesiásticas, aparecieron en el curso de estos siglos. Los fieles que integraban el Pueblo de Dios eran en su inmensa mayoría cristianos corrientes, pero los había también que se distinguían por una u otra razón.
En la edad apostólica hubo numerosos carismáticos, cristianos que para servicio de la Iglesia recibieron dones extraordinarios del Espíritu Santo. Los carismáticos cumplieron una importante función en la Iglesia primitiva, pero constituían un fenómeno transitorio que se extinguió prácticamente en el primer siglo de la Era cristiana. Mientras duró la época de las persecuciones, gozaron de un especial prestigio los «confesores de la fe», llamados así porque habían «confesado» su fe como los mártires, aunque sobrevivieran a sus prisiones y tormentos.
Todavía procede señalar otros fieles cristianos, cuya vida o ministerios les conferían una particular condición en el seno de las iglesias: las viudas, que desde los tiempos apostólicos formaban un «orden» y atendían a ministerios con mujeres; y los ascetas y las vírgenes, que abrazaban el celibato «por amor del Reino de los Cielos» y constituían —en palabras de San Cipriano— «la porción más gloriosa del rebaño de Cristo».
7. Apología del cristianismo primitivo
Los primeros cristianos sufrieron la dura prueba externa de las persecuciones; internamente, la Iglesia hubo de afrontar otra prueba no menos importante: la defensa de la verdad frente a corrientes ideológicas que trataron de desvirtuar los dogmas fundamentales de la fe cristiana. Las antiguas herejías —que así se llamó a esas corrientes de ideas— pueden dividirse en tres distintos grupos. De una parte, existió un Judeo-cristianismo herético, negador de la divinidad de Jesucristo y de la eficacia redentora de su Muerte, para el cual la misión mesiánica de Jesús habría sido la de llevar el Judaismo a su perfección, por la plena observancia de la Ley.
Un segundo grupo de herejías —de más tardía aparición— se caracterizó por su fanático rigorismo moral, estimulado por la creencia en un inminente fin de los tiempos. En el siglo II, la más conocida de estas herejías fue el Montanismo, aunque en el África latina, de principios del siglo IV, el extremismo rigorista sería todavía uno de los componentes del Donatísmo.
Pero la mayor amenaza que hubo de afrontar la Iglesia cristiana durante la edad de los mártires fue, sin duda, la herejía gnóstica. El Gnosticismo era una gran corriente ideológica tendente al sincretismo religioso, muy de moda en los siglos finales de la Antigüedad. El Gnosticismo —que constituía una verdadera escuela intelectual— se presentaba como una sabiduría superior, al alcance sólo de una minoría de «iniciados». Ante el Cristianismo su propósito fue desvirtuar las verdades de la fe, presentando las doctrinas gnósticas como la expresión de la tradición cristiana más sublime, que Cristo habría reservado para sus discípulos más íntimos. El representante más notable del Gnosticismo cristiano fue Marción. La Iglesia reaccionó con entereza y los Padres Apostólicos demostraron la absoluta incompatibilidad existente entre Cristianismo y Gnosticismo.

sábado, 5 de marzo de 2016

Perpectiva Biblica:del Dios Uno y Trino en las escrituras.

Referencias sobre el trino Dios en el Antiguo Testamento La ensenanza de la Trinidad es una que va mas alla del alcance de la mentalidad humana. La mente humana no puede percibir las cosas de Dios porque le son locura
Hay un solo Dios, pero en la unidad de la divina esencia hay tres personas co-eternas e iguales en todo, de la misma sustancia, pero distintas en la subsistencia.
Palabra compuesta de Tres y Unidad=Tri-unidad o Trinidad. Aunque la palabra "Trinidad" no se encuentra en la Biblia, es la palabra que mejor nos deja entender la forma "Tri-Partita" en la cual Dios existe según lo revelado en las Santas Escrituras. Dios no es un Dios de tres cabezas como dicen los Testigos de Jehova, ni es una "trilogia" de tres Dioses como dicen los Mormones. Dios es único y uno, quesubsiste y se ha revelado al hombre en tres formas El Pdre, el Hijo y El Espiritu Santo, tres personas, co-eternas, separadas pero siempre unidas, indepedientes pero enlazadas en todo, en proposito, en deseo y voluntad. Aunque el término “Trinidad” no aparece en lugar alguno en las Escrituras, esas denominaciones claman que la Palabra de Dios es la fuente de sus creencias.
primera referencia al obrar del trino Dios está en el primer relato sobre la creación (Gn. 1:1-31; 2:1-4). Allí dice: el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" (Gn. 1:2) y: “dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" (Gn. 1:26). “Elohim", la denominación de Dios utilizada en el texto hebreo original, es un plural, significa lo “divino" y también “dioses". A la luz del Evangelio se entiende como una referencia al trino Dios.
Las diferentes manifestaciones divinas “ángel de yahveh" (Gn. 16:7-11 y 13; Ex. 3:2-5; Jue. 6:11-16), “Espíritu de Dios" o “Espíritu de yahveh" (Jue. 3:10; 1 S. 16:13) se entienden como alusiones al misterio de la Trinidad de Dios.
También hablan al respecto los hechos y referencias en los cuales aparece el número tres:
Los tres mensajeros de Dios que se acercaron a Abraham (Gn. 18), se entienden en la tradición cristiana como una alusión al misterio de la Trinidad Divina.
Del mismo modo, la bendición sacerdotal aaronita de Números 6:24-26 hace referencia al obrar del trino Dios: “yahveh te bendiga, y te guarde; yahveh haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; yahveh
También la triple alabanza del ángel en ocasión de la visión del llamamiento del profeta Isaías, es vista como una referencia a la Trinidad de Dios: “Santo, santo, santo, Yahveh de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria" (Is. 6:3).
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios. La automanifestación de Dios dentro de la historia de la salvación, la cual deja en claro que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo existen, crean, obran y sustentan desde el principio, atestigua que Dios es trino desde siempre.
En el antiguo pacto se manifestaba ante todo Dios el Padre, mientras que el obrar del Hijo y el Espíritu Santo aún quedaba ampliamente oculto a los hombres. Desde la perspectiva del Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo hizo ver que el Hijo de Dios ya estaba presente cuando el pueblo de Israel transitaba por el desierto (1 Co. 10:4). Además, en Marcos 12:36 y Hebreos 3:7 dice que el Espíritu Santo ya habló en el antiguo pacto. En el Antiguo y el Nuevo Testamento, el misterio de la Trinidad de Dios está expresado de diferentes maneras. Sin embargo, en la Sagrada Escritura no se mencionan el concepto ni la doctrina de la Trinidad. Esta fue reconocida y formulada en la Iglesia del primer tiempo basándose en testimonios bíblicos. Una primera referencia al obrar del trino Dios está en el primer relato sobre la creación (Gn. 1:1-31; 2:1-4). Allí dice: " el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" (Gn. 1:2) y: “dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" (Gn. 1:26).
Dios que es la Santísima Trinidad. Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Este único Dios —Uno y Trino a la vez— es un misterio inefable de la fe.
Verdaderamente Él "habita en una luz inaccesible" (1 Tim 6. 16).
alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz".
Lo más difícil acerca del concepto cristiano de la Trinidad, es que no hay manera de explicarlo de forma apropiada. Para cualquier ser humano, la Trinidad es un concepto imposible de entender por completo; de hecho, sería imposible explicarlo. Dios es infinitamente más grande de lo que somos nosotros, por tanto no deberíamos esperar estar en capacidad de entenderlo por completo. La Biblia enseña que el Padre es Dios, que Jesús es Dios, y que el Espíritu Santo es Dios. También enseña que hay solamente un Dios. Aunque podemos entender algunos hechos acerca de la relación una con otra, de las diferentes personas de la Trinidad, a la larga, es incomprensible para la mente humana. Sin embargo, esto no significa que no es verdad o que no está basado en las enseñanzas de la Biblia Existen tríadas de dioses desde la antigüedad histórica, tal vez por el carácter místico que algunas culturas tienen del número tres.
Las tríadas presentes en religiones o visiones filosóficas corresponden a fuerzas primordiales hipostasiadas o a aspectos del Dios supremo. Aunque las relaciones entre los diferentes términos de estas tríadas no sean siempre fáciles de discernir, parece claro que no han sido concebidas en ningún caso partiendo de un modelo como el de la Trinidad cristiana. Origen de la Doctrina:
A medida que la iglesia crecía, tambien crecian los grupos herejes y maestros que negaban la deidad de Cristo y la del Espiritu Santo, lo que causó que la iglesia formalizara la doctrina de la Trinidad. En el año 215 DC, Tertuliano fue el primero en establecer esta doctrina usando el termino, Trinidad. Algunas de las falsas doctrinas que se levantaron en aquella epoca tales como el Gnosticismo (La Ciencia Cristiana de hoy), que existian desde el tiempo de los apostoles y que fueron condenados fuertemente por Pablo en su carta a los Colosenses y por Juan en su primera Epistola. Los gnósticos negaban la deidad de Cristo y lo presentaban como un Super-Angel que emanaba de Dios, que era un ser inferior a Dios.
Una de las pruebas mas fuertes de la iglesia primitiva fué la de los herejes Arianos (Los testigos de Jehova de hoy), y fué esta herejia la que motivó a la iglesia primitiva a formalizar la doctrina de la Trinidad.
Los modernos Arianos o Testigos de Jehova, podriamos decir que son politeistas, pues de acuerdo a la version del Nuevo Mundo de la Biblia en Juan 1:1 lee de la siguiente manera:
"En[el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios"
Es verdad que el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento es un Dios que entra en la historia humana y que se manifiesta en ella por los grandes hechos que realiza. El Antiguo Testamento narra las mirabilia Dei en favor de su pueblo. Los profetas aluden constantemente a ellas, los salmos las cantan y las celebraciones litúrgicas las conmemoran. El Nuevo Testamento es la buena nueva de lo que sucedió en Jesucristo. La teología católica afirma este carácter innegable de la revelación, su historicización. Pero, ¿se impone por tanto la distinción entre el Dios que obra y el Dios que habla? En el siglo tercero y cuarto vivió en Alejandría Egipto un obispo con gran influencia llamado Ario, quien comenzó a enseñar que Jesucristo era un ser creado, inferior al Padre. Este fue una de las primeras herejías o desviaciones doctrinales en la historia de la iglesia. Afortunadamente hubo otro obispo, llamado Atanasio, quien se opuso a esta falsa doctrina y defendió la divinidad de Cristo. Hubo tal confusión y división en Alejandría, que el emperador romano Constantino, quien se acababa de convertir al cristianismo, llamo a un concilio para que todos los obispos o pastores cristianos del imperio se juntaran a explorar el asunto para ponerle fin a la controversia. Este fue el concilio que se hizo en el año 325 d.C en la ciudad de Nicea (actualmente en el territorio de Turquía) El concilio reafirmó la famosa declaración del credo Niceno “Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo. Los concilios de Nicea en el 325 d.C. y años después el de Constantinopla en el 381 d.C. determinaron lo siguiente: “Cristo es de la misma sustancia del Padre.” “El Padre, el Hijo y el Espíritu, son co-eternos, consustanciales y co-iguales. En el año 215 d. C., Tertuliano fue el primero en usar el término «Trinidad» (Trinitas). Anteriormente, Teófilo de Antioquía ya había usado la palabra griegaτριάς trias (tríada) en su obra A Autólico (c. 180) para referirse a Dios, su Verbo (Logos) y su Sabiduría (Sophia). Tertuliano, en uno de sus escritos polémicos dirigidos contra Práxeas, un seguidor de la doctrina cristiana conocida como «monarquianismo», Adversus Praxeam II, diría que «los tres son uno, por el hecho de que los tres proceden de uno, por unidad de substancia»
1.-TRINIDAD EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA:
253 La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial" (Cc. Constantinopla II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" (Cc. de Toledo XI, año 675: DS 530). "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" (Cc. de Letrán IV, año 1215: DS 804).
254 Las personas divinas son realmente distintas entre sí. "Dios es único pero no solitario" (Fides Damasi: DS 71). "Padre", "Hijo", Espíritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo" (Cc. de Toledo XI, año 675: DS 530). Son distintos entre sí por sus relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede" (Cc. Letrán IV, año 1215: DS 804). La Unidad divina es Trina. La Trinidad en La Biblia
El consenso de toda la Biblia es que solo hay un Dios y no más.
Isaías 43:1, Mateo 28:19-20, 2 Corintios 13:1, Apocalipsis 1:4-8.