jueves, 17 de noviembre de 2016

! POQUITO PARA REIR.!


LAS FALSAS ASPIRACIONES DEL HOMBRE EN LA TIERRA.


! NUESTRAS NAVIDADES HERMOSAS DE VENEZUELA.!


! MARAVILLOSO DIOS.!


APOLOGÍA

APOLOGÍA
Del latín apologia, aunque con origen más lejano en un vocablo griego, la apología es el discurso que se realiza en defensa o alabanza de algo o alguien. Se trata de expresiones orales, escritas o de otro tipo que se difunden con la intención de brindar apoyo a una persona, una organización o una causa.
SAN JUSTINO Y SUS OBRAS DE APOLOGIA :
San Justino, mártir, es el Padre apologista griego más importante del siglo II y una de las personalidades más nobles de la literatura cristiana primitiva. Nació en Palestina, en Flavia Neápolis, la antigua Siquem. De padres paganos y origen romano, pronto inició su itinerario intelectual frecuentando las escuelas estoica, aristotélica, pitagórica y platónica. La búsqueda de la verdad y el heroísmo de los mártires cristianos provocaron su conversión al cristianismo. Desde ese momento, permaneciendo siempre laico, puso sus conocimientos filosóficos al servicio de la fe.
Llegó a Roma durante el reinado de Marco Aurelio (138-161) y allí fundó una escuela, la primera de filosofía cristiana. Según su discípulo Taciano, a causa de las maquinaciones del filósofo cínico Crescente, tuvo que comparecer ante el Prefecto de la Urbe y, por el solo delito de confesar su fe, fue condenado con otros seis compañeros a muerte, probablemente en el año 165. De sus variados escritos, sólo conservamos dos Apologías, escritas en defensa de los cristianos, dirigidas al emperador Antonino Pío; y una obra titulada Diálogo con el judío Trifón, donde defiende la fe cristiana de los ataques del judaísmo. En esta obra relata autobiográficamente su conversión. En las Apologías, admira en su exposición el profundo conocimiento de la religión y mitología paganas—que se propone refutar—y de las doctrinas filosóficas más en boga; cómo intenta utilizar cuanto de aprovechable encuentra en el bagaje cultural del paganismo; su valentía para anunciar a Cristo—sabiendo que se jugaba la vida—y su capacidad de ofrecer los argumentos racionales más adecuados a la mentalidad de sus oyentes. Conociendo que la Verdad es sólo una y que reside en plenitud en el Verbo, San Justino sabe descubrir y aprovechar los rastros de verdad que se encuentran en los más grandes filósofos, poetas e historiadores de la antigüedad; llega a afirmar en su segunda apología que cuanto de bueno está dicho en todos ellos nos pertenece a nosotros los cristianos. Se conocen los títulos de una decena de obras de Justino: de ellas sólo se han conservado dos Apologías (que quizás no son sino dos partes de una misma obra), y un Diálogo con un judío, por nombre Trifón.
Tanto por la extensión de sus escritos como por su contenido, Justino es el más importante de los apologetas. Es el primero que de una manera que pudiéramos decir sistemática intenta establecer una relación entre el mensaje cristiano y el pensamiento helénicos predeterminando en gran parte, bajo este aspecto, la dirección que iba a tomar la teología posterior.
La aportación más fundamental de Justino es el intento de relacionar la teología ontológica del platonismo con la teología histórica de la tradición judaica, es decir, el Dios que los filósofos concebían como Ser supremo, absoluto y transcendente, con el Dios que en la tradición semítica aparecía como autor y realizador de un designio de salvación para el hombre.
En el esfuerzo por resolver el problema de la posibilidad de relación entre el Ser absoluto y transcendente y los seres finitos, las escuelas derivadas del platonismo habían postulado la necesidad del Logos en función de intermediario ontológico: la idea se remonta al «logos universal» de Heraclito, y viene a expresar que la inteligibilidad limitada del mundo es una expresión o participación de la inteligibilidad infinita del Ser absoluto. Justino, reinterpretando ideas del evangelio de Juan, identifica al Logos mediador ontológico con el Hijo eterno de Dios, que recientemente se ha manifestado en Cristo, pero que había estado ya actuando desde el principio del mundo, lo mismo en la revelación de Dios a los patriarcas y profetas de Israel, que en la revelación natural por la que los filósofos y sabios del paganismo fueron alcanzando cada vez un conocimiento más aproximado de la verdad.
De esta forma Justino presenta al cristianismo como integrando, en un plan universal e histórico de salvación, lo mismo las instituciones judaicas que la filosofía y las instituciones naturales de los pueblos paganos. Así intenta resolver uno de los problemas más graves de la teología en su época: el de la relación del cristianismo con el Antiguo Testamento y con la cultura pagana. Ambas son praeparatio evangelica, estadio inicial y preparatorio de un plan salvífico, que tendrá su consumación en Cristo.
Sin embargo, al identificar Justino al Logos con el mediador ontológico entre el Dios supremo y transcendente y el mundo finito, a la manera en que era postulado de los filósofos, introduce una concepción que inevitablemente tenderá hacia el subordinacionismo y, finalmente, hacia el arrianismo. Cuando Justino afirma que el Dios supremo no podía aparecerse con su gloria transcendente a Moisés y los profetas, sino sólo su Logos, implícitamente afirma que el Logos no participa en toda su plenitud de la gloria de Dios y que es en alguna manera inferior a Dios.
Los escritos de Justino son también importantes en cuanto nos dan a conocer las formas del culto y de la vida cristiana en su tiempo, principalmente en lo que se refiere a la celebración del bautismo y de la eucaristía.

SIGNIFICADO DEL TÉRMINO PRESENCIA.

 No es fácil dar una precisa definición de presencia aplicable a todos los casos, especialmente cuando desde el campo humano se pasa al sobrenatural.
El verdadero significado de presencia ha sido dado por el filósofo personalista Gabriel Marcel, y por mérito suyo ha entrado a formar parte de nuestra cultura. Presencia según Marcel, no es tanto coexistencia de dos cuerpos o un vivir unidos en la misma habitación, sino que es sobre todo conciencia de que alguien está conmigo, intercomunicación profunda entre dos o más personas, una relación íntima, un influjo vital y una comunión consciente.
Un hecho que llama la atención cuando buscamos lo que se dice en el Nuevo Testamento acerca de la Santísima Virgen María es que, de los veintisiete escritos que forman el canon del Nuevo Testamento, sólo en cuatro se la nombra por su nombre: María. Y son éstos los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas y el libro de los Hechos de los Apóstoles. Otro libro más, el evangelio según San Juan, nos habla de ella sin nombrarla jamás, y haciendo siempre referencia a ella como la madre de Jesús, o su madre. Fuera de estos cinco libros, ninguno de los veintidós restantes nos habla directamente de María. Sólo los ojos de la fe han sabido atribuirle la parte que tiene en aquellos pasajes en que –por ejemplo– se habla de que Jesús es el Hijo de David, o de que somos Hijos de la Promesa, o de la Jerusalén de arriba, o que el Padre nos envió a su Hijo, hecho hijo de mujer; o han sabido reconocerla en la misteriosa Mujer coronada de astros del Apocalipsis. Explícitamente nombrada en sólo cinco libros de los veintisiete, María parece haber sido reconocida –si nos atenemos a una primera impresión– por sólo la mitad de los hagiógrafos (escritores inspirados) que escribieron el Nuevo Testamento. De ocho que son, sólo cuatro nos hablan de ella: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. No nos hablan de ella ni Santiago, ni Pedro, ni Judas. Pablo sólo alude indirectamente a ella en Gálatas 4, 4-5. Por tanto, hablar de la figura de María en el Nuevo Testamento, es hablar de María a través de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, o sea a través de los evangelistas. María en el Nuevo Testamento es prácticamente, por lo menos principalmente, María en los evangelios. Porque fuera de ellos casi no se nos dice nada más, o mucho más, acerca de María.
Para contemplar la figura de María a través de los evangelios podríamos seguir dos caminos, que vamos a llamar camino sintético y camino analítico. El camino sintético consistiría en sintetizar los datos dispersos de los cuatro evangelios en un solo retrato de María. Consistiría en trazar un solo retrato a partir de la convergencia de cuatro descripciones distintas. Por supuesto, bien lo sabemos, hay un solo Evangelio: el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Pero el mismo Dios que dispuso que hubiera un solo mensaje de salvación, dispuso también que se nos conservaran cuatro presentaciones del mismo.
El único Evangelio es, pues, un evangelio cuadriforme, como bien observa ya San Ireneo, refutando los errores de los herejes que esgrimían los dichos de un evangelista en contra de los dichos de otro. Dado que el misterio de María es un aspecto del misterio de Cristo, todo lícito cambio de enfoque del misterio de Cristo –que como misterio divino es susceptible de un número inagotable de enfoques diversos, aunque jamás puedan ser divergentes–, comporta sus cambios de armónicos y de enfoque en el misterio de María.
Comenzamos por Marcos, el más breve y, casi con seguridad, el más antiguo de los cuatro evangelios. El que recoge, muy probablemente, las catequesis y predicaciones de San Pedro, o sea, el evangelio según lo proclamaba Pedro.
Acerca de María, este evangelio de Marcos es de una parquedad extrema, comparable –por la ausencia de referencias– al gran silencio marial neotestamentario. Marcos comienza su evangelio presentando la figura de San Juan Bautista, y casi inmediatamente a un Jesús ya adulto que llega a bautizarse en el Jordán. Nada de relatos de la infancia, que –como vemos en Mateo y Lucas– se prestan a decirnos algo de la Madre. Nada comparable a las dos grandes escenas marianas del evangelio de San Juan: las bodas de Caná y el Calvario. Dos textos: Mc 3, 31-35; 6, 1-3 Mc 3, 31-35:María no estuvo unida a Jesús solo ni primariamente por un vínculo de sangre. Para que ese vínculo de sangre pudiera llegar a tener lugar, tuvo que haber previamente un vínculo que Jesús estima como mucho más importante.
Pero todo esto Marco no lo explicita, ni el Señor ltampoco lo hace sin duda en aquella ocasión. Es por otros caminos por donde hemos llegado a comprender lo que hay implícito en el velado testimonio de Jesús que Marcos nos relata. Que María creyó en Jesús antes de que Jesús fuera Jesús. Y que solo porque el Verbo encontró en ella esa fe pudo encarnarse.
Es así como el silencio mariano de Marcos da paso a la elocuencia mariana de Jesús mismo. María no estuvo unida a Jesús solo ni primariamente por un vínculo de sangre. Para que ese vínculo de sangre pudiera llegar a tener lugar, tuvo que haber previamente un vínculo que Jesús estima como mucho más importante.
Pero todo esto Marco no lo explicita, ni el Señor ltampoco lo hace sin duda en aquella ocasión. Es por otros caminos por donde hemos llegado a comprender lo que hay implícito en el velado testimonio de Jesús que Marcos nos relata. Que María creyó en Jesús antes de que Jesús fuera Jesús. Y que solo porque el Verbo encontró en ella esa fe pudo encarnarse.
Es así como el silencio mariano de Marcos da paso a la elocuencia mariana de Jesús mismo. María en San Mateo, el orígen del Mesías Mateo, de cuya imagen de María nos ocuparemos ahora, no ignora la visión de Marcos, sino que la retoma en el cuerpo de su evangelio (Mt 12, 46-50; 13, 53-57), como también lo hará San Lucas en el suyo (Lc 8, 19-21; 4, 22). No hay necesidad de volver aquí sobre esos pasajes, que son copia casi textual de Marcos o de una fuente preexistente y en los que Mateo introduce sólo algún ligero retoque. Vamos a ocuparnos más bien de los que Mateo agrega a la figura de María como rasgos de su cosecha. Ellos son un desarrollo de lo que estaba implícito en Marcos. María, Virgen y esposa de José
Mateo enriquece la figura de María respecto de la imagen de Marcos manifestando dos rasgos de la Madre del Mesías:
1) María es Virgen.
2) María es esposa de José, hijo de David.
Ambos rasgos los explicita Mateo no por satisfacer curiosidades, sino por lo que ellos significan en el marco de su presentación teológica del misterioso origen del Mesías.
Que María es Virgen es un rasgo mariano que está en íntima conexión con la filiación y origen divino del Mesías. Este nace de María sin mediación del hombre y por obra del Espíritu Santo, nos dice Mateo.
Que María sea esposa de José, hijo de David, es un rasgo mariano que está a su vez en íntima conexión con la filiación davídica y el carácter humano del Mesías.
Jesús, el Mesías, es, por tanto, Hijo de Dios por el misterio de la virginidad de su Madre, e Hijo de David por el no menos misterioso matrimonio con José, hijo de David. La concisa parquedad mariológica de Pablo merece aquí, aunque sea lateralmente y de paso, el homenaje de nuestra atención. Hacia el año 51 de nuestra era, o sea unos veinte años antes de la fecha probable de composición del evangelio de Mateo, escribe Pablo a los Gálatas:
«Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, hecho hijo de mujer, puesto bajo la ley para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Gál 4, 4-5). La obra del evangelista Lucas consta de dos libros: el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. El primero nos relata la historia de Jesús, el segundo la historia de los orígenes de la Iglesia. La intención del díptico es iluminar la experiencia que los fieles de origen pagano encontraban en la comunidad eclesial, explicándola a la luz de su origen histórico. ¿Cómo? Mostrando –en la experiencia actual del Espíritu Santo derramado en las primeras Comunidades– la continuidad de la acción del mismo Espíritu que había obrado en la Iglesia de los Apóstoles, en la Vida y Obra de Jesús y en su preparación previa en la historia pasada de Israel.
La inquietud de Lucas parte, pues, del presente; y para dar razón de él e interpretar su significado religioso, se remonta al pasado. En cambio su obra escrita, por pura razón del método, parte del pasado y, siguiendo un cierto orden cronológico de los hechos, llega al presente. María en San Juan, el eco de la Voz Un primer hecho que nos llama la atención al leer el evangelio de San Juan en busca de lo que nos dice de María, es que este evangelista ha evitado llamarla por el nombre de María. Juan nunca nombra a la Madre de Jesús por este nombre, y es el único de los cuatro evangelistas que evita sistemáticamente el hacerlo. Marcos trae el nombre de María una sola vez. Mateo cinco veces. Lucas trece veces: doce en su evangelio y una en los Hechos de los Apóstoles. Juan nunca.
Y decidimos que Juan evitó intencionadamente el nombrarla con el nombre de María, porque hay indicios de que no se trata de omisión casual, sino premeditada, querida y planeada. (Jn 19,25-27). LA PRESENCIA DE MARIA EN LA VIDA DE LA IGLESIA PRIMITIVA. Los evangelios, especialmente el de Lucas y el de Juan, subrayan la función específica de la Virgen en la historia de la salvación. Según este paralelismo, establecido por la exégesis actual y autorizadamente señalado por el Vat II (cf AG 4), se comprende mejor que la presencia de María en la iglesia primitiva no puede ser diversa de la vivida por ella respecto a Jesús.

"El dogma de la maternidad Divina de Maria Santisima."

El dogma de la Maternidad Divina se refiere a que la Virgen María es verdadera Madre de Dios. Fue solemnemente definido por el Concilio de Efeso (año 431). Tiempo después, fue proclamado por otros Concilios universales, el de Calcedonia y los de Constantinopla.
El Concilio de Efeso, del año 431, siendo Papa San Clementino I (422-432) definió:
"Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema."
El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así:
"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades" (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66). En debates apologéticos he visto que se cuestiona fuertemente el dogma de la maternidad Divina, esto es lo que creemos los católicos: María es Madre de Dios. Muchas de las veces es por ignorancia del dogma, y creen habla de María como creadora de Dios, utilizan argumentos como “María no puede ser Madre de Dios ya que Dios es Eterno”.........
María Madre de Dios 
Theotokos quiere decir Madre de Dios en griego.
Los padres griegos aplicaron a María el título Theotokos (portadora de Dios) ya en el siglo III. Los concilios de Efeso y de Calcedonia defendieron este título. En Occidente, María fue venerada de forma similar como Dei Genitrix (Madre de Dios). En el antiguo canon romano es conmemorada como la "siempre virgen madre de Jesucristo nuestro Señor y Dios".
La fiesta de la maternidad Divina es un resumen y una exaltación de este misterio. Tiene por finalidad "exaltar la singular dignidad que este misterio reporta a la santa Madre a través de la cual recibimos al Autor de la vida.
Además de su función como "Portadora de Dios", está su maternidad espiritual respecto de la humanidad. Como Eva fue la "madre de todos los hombres" en el orden natural, María es madre de todos los hombres en el orden de la gracia. Al dar a luz a su primogénito, parió también espiritualmente a aquellos que pertenecerían a él, a los que serían incorporados a él y se convertirían así en miembros suyos. El es el "primogénito entre muchos hermanos", la Cabeza de la humanidad redimida, el representante de la humanidad que une todas las cosas en él.
El dogma: María es Madre de Dios
Antes vamos a definir lo que es un dogma
Una verdad que pertenece al campo de la fe o de la moral, que ha sido revelada por DIOS transmitida desde los Apóstoles ya a través de la Escritura, ya de la Tradición, y propuesta por la Iglesia para su aceptación por parte de los fieles. Brevemente, “dogma” puede ser definido como una verdad revelada definida por la Iglesia.
La definición dogmatica es como sigue
Concilio de Éfeso
En este concilio en el año 431 se definió solemnemente para que no hubiera duda alguna: "Si alguno que no confesare que Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y por lo tanto la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque pario según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema"
El Magisterio ha sostenido de manera unánime e ininterrumpida este dogma
"María sabe que el que lleva por nombre Jesús ha sido llamado por el Ángel Hijo del Altísimo (Luc 1:32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; ) María sabe que lo ha concebido y dado a luz "sin conocer varón", por obra del Espíritu Santo, con el poder del Altísimo, que ha extendido su sombra sobre Ella. (Luc 1,35) María sabe que el Hijo dado a luz virginalmente, es precisamente aquel "Santo", el "El Hijo de Dios", del que le ha hablado el Ángel (Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, n 17)
María es verdadera Madre, ya que ella fue participe activo de la formación de la naturaleza humana de Cristo, de la misma manera en la que todas las madres contribuyen a la formación del fruto de sus entrañas. María es verdadera Madre porque Jesús es verdadero Hombre.
Jesús no necesitaba a una madre para venir a salvar a los hombres, y aun así la tuvo.
Este sin duda es el mayor y principal dogma mariano, al aceptarlo se acepta que:
· María es verdadera Madre
· María es verdadera Madre de Dios.
Una manera muy simple y lógica de demostrar la Maternidad Divina
· El Verbo es eterno, siempre ha existido, y es Dios.
Juan 1,1.En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Por tanto el Verbo es una persona Divina, y Eterna.
· El Verbo, persona Divina y Eterna, es mandado por Dios Padre a ser concebido en el vientre de María y esto se logra por obra del Espíritu Santo.
Lucas 1,35.El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
· Al momento de tomar carne de María, El Verbo Eterno, persona Divina es igual que nosotros los hombres, excepto en el pecado.
Filipenses 2, 7.Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;
Por tanto el Verbo Eterno, Dios por siempre, segunda persona de la Trinidad siempre tuvo la naturaleza Divina, y al momento de tomar carne sigue siendo la misma persona tomando una nueva naturaleza, la humana.
Siendo que las madres paren a personas no a naturalezas, María dio a luz a Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre. Por tanto es válido decir que María es Madre de Dios.
Ella CONCICBIO y DIO a luz a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo, aunque no sobre la naturaleza Divina, sino en cuanto a la naturaleza humana.
Pero, como dirán los Solo Scripturistas: “¿En donde dice en la Biblia que María es Madre de Dios”?
Leamos estos versículos de Lucas 1
39.En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40.entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41.Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42.y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43.y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44. Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
Leemos que Isabel habiendo quedado llena del Espíritu Santo la saluda. Esto es relevante ya que no fue una obra humana, fue Dios mismo quien la guio para decir lo que dijo, Isabel bendice a Maria y después al bebe en su vientre, a continuación nos dice quien es aquel bebe:
Lucas 1, 43.y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Lucas 1,38.Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue.
Ahí que cuando nos llaman blasfemos por llamar a María Madre de Dios, les podemos recordar que es Bíblico su titulo, salvo que Isabel hubiera sido blasfema también.
Un poco más de citas Bíblicas sobre la maternidad divina de María
Se usan equivalentes como Madre de Cristo, Madre de Jesús, Madre del Señor (Mt 1:18; Jn 19:25, Lc 1:43)
En el AT aparece María como la mujer que concibe, da a luz y es MADRE de Jesús
Llegada "la plenitud de los tiempos" (Gal 4:4) tiene lugar el cumplimiento de las profecías y por lo tanto se afirma su propia maternidad
Luc 1:31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Luc 1:35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
Gal 4:4 ...envió Dios a su Hijo, nacido de mujer...
Rom 9:5 y Cristo es uno de ellos según la carne, el que como Dios está también por encima de todo..
Historia y citas de los Padres de la Iglesia
Orígenes es a menudo citado como el primer autor que utilizó Madre de Dios para María aunque el texto en que se basa esta afirmación no puede ser cierto. El historiador Sozomeno dice (Hist. eccl. 7,32: EG 866) que Orígenes aplicó a María el título de Θεοτόκος. No se encuentra en los escritos que de ιl se conservan; pero esta ausencia no debe maravillarnos, dado el naufragio que sufrió la producción literaria de Orígenes. La escuela de Alejandría llevaba mucho tiempo usando este título para expresar la maternidad divina de María, cuando en la primera mitad del siglo y fue atacado por unos y defendido por otros en las controversias nestorianas, hasta que lo definió el concilio de Efeso (431).
Dionisio de Alejandría utiliza Madre de Dios en alrededor del 250, en una epístola a Pablo de Samosata.
Atanasio de Alejandría en 330, Gregorio el Teólogo en 370, Juan Crisóstomo, en 400, y San Agustín, utilizaron Madre de Dios.
Teodoreto escribió en 436 que llamar a la Virgen María, Madre de Dios es una tradición apostólica.
Clemente de Alejandria Siglo III. Concluye en su exegesis cristológico que Cristo estheanthropos (Dios-hombre); explica la communicatio idiomatum; María es Madre de Dios (conclusión de esta doctrina).
San Irineo: “Este Cristo, que como Logos del Padre estaba con el Padre fue dado a luz por una Virgen”
San Hipólito: “El Verbo descendió del cielo a la Santísima Virgen para que, encarnado en Ella y hecho hombre en todo menos en el pecado, salvara a Adán, que había perecido” 
San Gregorio de Nacianceno: “Si alguno no reconoce a Santa María como Maria Madre de Dios, es que se halla separado de Dios”
San Bernardo: “El único nacimiento de Dios era el procedente de la Virgen; asimismo, la dignidad de la Virgen demandaba que quien naciere de ella no fuere otro que el mismo Dios. Por esto el Hacedor del hombre, al hacerse hombre, naciendo de la raza humaa, tuvo que elegir, mejor dicho, que formar para si, entre todas, una madre tal cual El sabia que había que serle conveniente y agradable”(Homilia sobre la Virgen Madre,2)
Usualmente no cito a Lutero, sin embargo en esta ocasión hare una excepción, ya que aun en su herejía, Martin Lutero el padre de la doctrina protestante dijo de María.
Maternidad Divina de María en los escritos de Lutero
Dios dice..”El Hijo de María es Mi único Hijo” Por tanto Maria es Madre de Dios 
Dios no derivo su divinidad de María; pero eso quiere decir que haya algo erróneo en decir que Dios nació de María, que el Hijo de María es Dios, y que María es Madre de Dios…Ella es la verdadera Madre de Dios y portadora de Dios….María amamanto a Dios, meció hasta que durmió Dios, preparo caldos y sopa para Dios, etc. Para Dios y el hombre son una sola persona, un Cristo, un Hijo, un Jesús. No dos Cristos..tal como tu hijo no es dos hijos, aun cuando tuvo dos naturalezas, cuerpo y alma, el cuerpo de ti, el alma de Dios solo. (En Concilios y la Iglesia, 1539)
“Todos los loores se compendian en una palabra: cuando es llamada Madre de Dios. Nadie puede decir de ella cosa más grande, aunque tenga más lenguas que hojas y hierbas hay en el bosque, estrellas en el cielo y arenas en el mar. Todo lo atribuye ella a la gracia de Dios y no a sus méritos, El nombre de Theotokos fue inventado por los cristianos para hablar de María; tenemos constancia del uso de la palabra Theotokos en el siglo III de la mano de san Dionisio, quien era obispo de Alejandría, e incluso también se cree que la usó Orígenes, que también era egipcio.
Así que es irrefutable que sea del s.III d.C. y que esté dedicado a María Santísima
"Y, ciertamente, desde los tiempos más antiguos, la Sta. Virgen es venerada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y necesidades.... Y las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios que la Iglesia ha venido aprobando dentro de los límites de la sana doctrina, hacen que, al ser honrada la Madre, el Hijo por razón del cual son todas las cosas, sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandamientos" (LG #66) La fiesta de la maternidad divina de la Santísima Virgen María fue instituida por el papa Pío XII para conmemorar el 1500o. aniversario del Concilio de Éfeso, el tercer concilio ecuménico de la Iglesia. Qué conveniente fue que esta fiesta fuera instituida en tal aniversario, pues fue en el Concilio de Éfeso donde se defendió la doctrina de la maternidad divina contra la herejía de Nestorio y sus seguidores, quienes negaban que hubiera una sola divina Persona en Cristo con dos naturalezas, y, como consecuencia de esta negación, rehusaron reconocer a María con el título de Theotokos, es decir, la Madre de Dios. Nestorio y sus seguidores creían erróneamente que en Cristo había dos Personas: una divina y otra humana, de manera que María fue únicamente la madre de la persona humana....En nuestros tiempos tal vez no encontremos muchos nestorianos, pero existen muchos que se dicen cristianos y niegan a la santa Virgen María este título de Madre de Dios

El Rapto sujeto a la Gran Tribulación.(segun los hermanos separados o esperados (parte 1 )

La madre santa Teresa de Calcuta dice: El pecado mas grave en esta vida es el que dice mentiras...y el que da informaciones falsas sobre las sagradas escrituras es un ignorante El Rapto es un concepto errado
El Rapto en definitiva es un concepto equivocado sobre la Segunda Venida de Jesús y una interpretación errónea a las palabras de Jesús sobre el fin del mundo
Se ha estado hablando desde bastante tiempo ya de la posibilidad de una acción divina sobre la humanidad específicamente sobre la Iglesia que acontecería al final de los tiempos como un preámbulo al mismo, este acontecimiento se conoce como El Rapto sujeto a la Gran Tribulación.
Es un término que utiliza en demasía la iglesia protestante y dado a que es en esa vertiente del cristianismo que se difunde con más fuerza tal acontecimiento para dar un análisis completo sobre el asunto tendríamos que entrar en materia teologal relacionado al milenarismo y sus implicaciones, no obstante trataré de dar un toque menos técnico y de mayor comprensión para que podamos entender la realidad de esta mal interpretación bíblica. Para ello estaré utilizando un artículo del P. Jordi Rivero y el Catecismo de la Iglesia Católica sobre el tema.
Este término Gran Tribulación se refiere al tiempo de persecución que se denota de las palabras de Jesús sobre el fin del mundo. En esto se hace alusión al rapto, no obstante antes de ir más a fondo en este asunto es necesario hacer notar que el término rapto para la Iglesia significa un anonadamiento, un éxtasis. Santa Teresa de Ávila lo define como: “arrobamiento, éxtasis o rapto, que todo es uno a mi parecer" (M 6,4;V 20,23 y 21,8). Su concepto se deriva del texto Paulino en II Cor 12,2-4. "si esto pasa en el cuerpo o no, yo no lo sabré decir; al menos ni juraría que está en el cuerpo ni tampoco que está el cuerpo sin alma" (M 6,5,8).
La alusión a un rapto en la cual Jesús aparecerá en el cielo al final de los tiempos de forma invisible para raptar a la Iglesia es totalmente falso, Jesucristo vendrá al fin del tiempo pero será una venida visible y gloriosa que nadie podrá ignorar (Cf. Ap 1,7) Será entonces cuando ocurrirá el juicio final; vivos y muertos serán llevados de este mundo a la presencia del Señor. No existirá un "rapto secreto" anterior al fin del mundo. Objeciones contra "El Rapto"
1- El rapto se fundamenta en una errada interpretación de la Biblia.
Os decimos eso como Palabra des Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron. El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. -1 Tes. 4,15-17
Este pasaje se refiere al fin del mundo y no a una venida secreta anterior. S. Pablo demuestra que es el fin del tiempo: "Y así estaremos siempre con el Señor".
2-La creencia en "el rapto" no es bíblica.
La auténtica interpretación Bíblica no acepta novedades y el concepto del rapto no era conocido en la cristiandad hasta el siglo XVIII.
Como comienza la creencia en el rapto: Según la investigación de Paul Thigpen, autor de "The Rapture Trap", la doctrina del rapto nace en el siglo XVIII. Un ministro Puritano llamado Increase Mather escribió sobre cristianos arrebatados por los aires antes de que el mundo fuera consumido por el fuego del juicio divino. Mas tarde otros publicaron ideas similares.
Un Jesuita chileno llamado Manuel Lacunza, en su libro La Venida del Mesias en Gloria y Majestad, publicado en 1812, especula que los fieles que han recibido la comunión con frecuencia serán, hacia el fin del mundo, recogidos por Jesucristo para tenerlos seguros por 45 días mientras el mundo es castigado. Este libro fue traducido al inglés y sus ideas sobre el rapto tuvieron gran influencia entre algunos grupos de cristianos sectarios.
3- ¿Tres venidas de Jesucristo en vez de dos?
Según el esquema del rapto, faltan aun dos venidas de Cristo: Una para llevarse a los suyos en el rapto y otra venida al final del tiempo. Serían la Segunda y la Tercera Venida (la Primera fue en la Encarnación).
La verdad es que Cristo vino en su Primera venida y solo falta la Segunda Venida. Esta venida marcará el fin del mundo. Ese día Cristo reunirá a todos: A los que estén vivos para ese tiempo y también a los muertos los cuales resucitarán. Después de ese evento este mundo ya no existirá.
4- El rapto para evitar la tribulación: Falsa evasión del sufrimiento
Los que creen que el rapto será antes de la Gran Tribulación del Anticristo piensan que solo los malos van a sufrir ese tiempo de persecución. ¡Si esto fuese cierto, entonces el Anticristo no tendría a quien perseguir porque ya todos los fieles estarían con Cristo fuera de este mundo!
Olvidan que el sufrimiento tiene un profundo significado bíblico. El hecho es que Cristo sufrió y su Cuerpo Místico que es la Iglesia lleva una continua trayectoria de sufrimiento y persecución. Pero habrá una persecución final que será extraordinaria, antes del final. Los cristianos no pueden estar esperando un rapto prematuro sino que deben estar fortaleciéndose para vencer en la prueba.
Pablo relata ampliamente sus propios sufrimientos en la persecución de su tiempo y nos exhorta para que no tengamos miedo de morir por Cristo en las pruebas que ciertamente vendrán a la Iglesia y a cada creyente en particular. Por eso enseña que los que creyentes que sobrevivan la persecución del Anticristo y estén vivos cuando Cristo venga no tendrán ventaja sobre los que hayan muerto en la fe. Ambos grupos se reunirán con Cristo para siempre. (Cf 1 Tes 4,15-17; CIC 1001) Padre Jordi Rivero 

El Rapto sujeto a la Gran Tribulación.segun los hermaos esperados (parte 2 )

Sobre este tema el Catecismo dice lo siguiente:
La última prueba de la Iglesia
numeral-675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Te 2, 4-12; 1Te 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
numeral-676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (cf. Pío XI, "Divini Redemptoris" que condena el "falso misticismo" de esta "falsificación de la redención de los humildes"; GS 20-21).
677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
Como pueden ver, no exista tal cosa como un Rapto sino que la Iglesia entrará en la Gloria de Dios mediante la imitación de Jesús quien se autodenominó Camino de Salvación, aquel que quiera llegar al Padre debe tomar ese único Camino a Él, nadie podrá lograrlo sino es mediante el seguimiento de Cristo. Eso implica un compromiso real y verás con el Evangelio, tomar nuestra Cruz y seguir sus pasos, hacer como Él hizo y cumplir con lo que nos mandó a cumplir.
"El Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre"; "verán al Hijo del hombre venir entre nubes"; "como el relámpago fulgurante bitilla de un extremo a otro del horizonte, así sucederá con el Hijo del hombre cuando llegue su día" (Mt. 16, 27; Mc. 13, 26; Lc. 17, 24). Estos pasajes bíblico vienen a evidenciar que el llamado Rapto no en bíblico pues hacen alusión a que todos conoceremos el momento de la Segunda Venida.
Aquí no podemos menos de reconocer rasgos de las esperanzas y especulaciones "apocalípticas", con un largo pasado tras sí, que revivieron con fuerza durante los años febriles que precedieron la ruina de Jerusalén. Los cristianos primitivos compartían muchas de estas esperanzas. Las discutían con angustia, como sabemos por escritos del Nuevo Testamento, fuera de los Evangelios. Se comprende que se asieran con avidez a cualesquiera palabras recordadas de su Señor, que parecieran tener alguna conexión con tales esperanzas. Pero se desvirtuó aquella esperanza en un pensamiento apocalíptico y excluyente que hace ver la Revelación como una falsa. Dios quiere que todos se salven y el milenarismo en sus dos acepciones indica que solo un grupo será llevado al Cielo o al Reino terreno. Esas dos acepciones del milenarismo tienen para muchos católicos que creen en el rapto una base en el Catecismo, ellos presentan estos numerales;
668 "Cristo murió y volvió a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos" (Rm 14, 9). La Ascensión de Cristo al Cielo significa su participación, en su humanidad, en el poder y en la autoridad de Dios mismo. Jesucristo es Señor: Posee todo poder en los cielos y en la tierra. El está "por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación" porque el Padre "bajo sus pies sometió todas las cosas"(Ef 1, 20-22). Cristo es el Señor del cosmos (cf. Ef 4, 10; 1 Co 15, 24. 27-28) y de la historia. En él, la historia de la humanidad e incluso toda la Creación encuentran su recapitulación (Ef 1, 10), su cumplimiento transcendente.
669 Como Señor, Cristo es también la cabeza de la Iglesia que es su Cuerpo (cf. Ef 1, 22). Elevado al cielo y glorificado, habiendo cumplido así su misión, permanece en la tierra en su Iglesia. La Redención es la fuente de la autoridad que Cristo, en virtud del Espíritu Santo, ejerce sobre la Iglesia (cf. Ef 4, 11-13). "La Iglesia, o el reino de Cristo presente ya en misterio", "constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra" (LG 3;5).
670 Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su consumación. Estamos ya en la "última hora" (1 Jn 2, 18; cf. 1 P 4, 7). "El final de la historia ha llegado ya a nosotros y la renovación del mundo está ya decidida de manera irrevocable e incluso de alguna manera real está ya por anticipado en este mundo. La Iglesia, en efecto, ya en la tierra, se caracteriza por una verdadera santidad, aunque todavía imperfecta" (LG 48). El Reino de Cristo manifiesta ya su presencia por los signos milagrosos (cf. Mc 16, 17-18) que acompañan a su anuncio por la Iglesia (cf. Mc 16, 20).
... esperando que todo le sea sometido
671 El Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado "con gran poder y gloria" (Lc 21, 27; cf. Mt 25, 31) con el advenimiento del Rey a la tierra. Este Reino aún es objeto de los ataques de los poderes del mal (cf. 2 Te 2, 7) a pesar de que estos poderes hayan sido vencidos en su raíz por la Pascua de Cristo. Hasta que todo le haya sido sometido (cf. 1 Co 15, 28), y "mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa. Ella misma vive entre las criaturas que gimen en dolores de parto hasta ahora y que esperan la manifestación de los hijos de Dios" (LG 48). Por esta razón los cristianos piden, sobre todo en la Eucaristía (cf. 1 Co 11, 26), que se apresure el retorno de Cristo (cf. 2 P 3, 11-12) cuando suplican: "Ven, Señor Jesús" (cf.1 Co 16, 22; Ap 22, 17-20).
672 Cristo afirmó antes de su Ascensión que aún no era la hora del establecimiento glorioso del Reino mesiánico esperado por Israel (cf. Hch 1, 6-7) que, según los profetas (cf. Is 11, 1-9), debía traer a todos los hombres el orden definitivo de la justicia, del amor y de la paz. El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio (cf Hch 1, 8), pero es también un tiempo marcado todavía por la "tristeza" (1 Co 7, 26) y la prueba del mal (cf. Ef 5, 16) que afecta también a la Iglesia(cf. 1 P 4, 17) e inaugura los combates de los últimos días (1 Jn 2, 18; 4, 3; 1 Tm 4, 1). Es un tiempo de espera y de vigilia (cf. Mt 25, 1-13; Mc 13, 33-37).
El glorioso advenimiento de Cristo, esperanza de Israel
673 Desde la Ascensión, el advenimiento de Cristo en la gloria es inminente (cf Ap 22, 20) aun cuando a nosotros no nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad" (Hch 1, 7; cf. Mc 13, 32). Este advenimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1 Te 5, 2), aunque tal acontecimiento y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las manos de Dios (cf. 2 Te 2, 3-12).
674 La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinad o de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" respecto a Jesús (Rm 11, 20). San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21). Y San Pablo le hace eco: "si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?" (Rm 11, 5). La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).
La última prueba de la Iglesia
675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Te 2, 4-12; 1Te 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
Pero lo dejan hasta aquí, quien no investiga se queda con esa impresión y todo el adorno que le incluyen. No obstante el numeral más importante nunca lo incluyen o si lo hacen no abundan sobre el mismo. Aquí lo incluyo y enfatizo en negrillas lo que desmiente toda la filosofía milenarista existente.
676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (cf. Pío XI, "Divini Redemptoris" que condena el "falso misticismo" de esta "falsificación de la redención de los humildes"; GS 20-21).
Entonces, ¿Por qué pensar en un acto divino que no está contemplado en la Revelación? Son muchos los que pensando en pluralismos, democracias, derechos y necesidades han pensado erradamente que la Doctrina es manipulable, manejable y hasta cuestionable. Por esas razones básicamente se han dado separaciones en la Iglesia, y el sectarismo surge a raíz de ese tipo de pensamiento limitante. La verdadera libertad está en la completa obediencia doctrinal y su aplicación debida al tiempo en que vivimos, pues de más está decir que la manera de ver la Doctrina hace 200 años no es aplicable a nuestro tiempo, pero eso no hace distinción en la Doctrina misma sino en nuestra manera de verla. La Iglesia desde sus inicios ha sido y seguirá siendo guiada a la verdad plena por el Espíritu Santo (Juan 16, 13) en ese sentido todo desvelo doctrinal no viene a ser un cambio en la doctrina sino un complemento de la misma.
El milenarismo tiene que verse a la luz de lo revelado, no con interpretaciones propias. El Rapto en definitiva es un concepto equivocado sobre la Segunda Venida de Jesús y una interpretación errónea a las palabras de Jesús sobre el fin del mundo. Específicamente este pasaje:
Mateo 24, 37-42:
Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.
En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada. Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
La interpretación correcta no es la del Rapto sino la del Juicio Final véanlo en Mateo 25,31-33:
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda.
Si Jesús hablara de un rapto, ¿No creen que lo explicaría claramente y no hubiera esta aparente contradicción en el mismo Evangelio escrito por san Mateo? Es por ello imperativo no hacer calculaciones e interpretaciones fuera de contexto. Siempre debemos mirar la Revelación en su amplitud para poder ver, juzgar y actuar conforme a ella. De ese modo y confiados en que es la Santa Madre Iglesia la única llamada a interpretar la Revelación, no caeremos en conceptos equivocados como el Rapto y el Milenarismo.
Espero que esta humilde aportación les haya ayudado a ver lo errado del concepto milenarista del Rapto. Dios les colme de bendiciones.
¡Paz y bien! Con amor en Cristo y María

" Los Católicos “Light”

Los Católicos “Light”
Jesucristo busca personas que se comprometan a obedecer sus mandatos, que estén dispuestas a negarse a si mismas y a sacrificar todo con tal de seguir sus pasos.
¿Quien es un Católico “Light”?
Es aquella persona que dice ser “Cristiana” o “Católico” pero no actúa como tal o no busca crecimiento espiritual, simplemente es alguien conformista, que se deja llevar por las corrientes.
Tu no puedes ser un discípulo de Jesús si eres una persona “light”, tibia o indecisa, puesto que el Señor busca personas con un corazón dispuesto, que busquen amarlo a Él por sobre todas las cosas y no de una manera parcial.
Hay muchos que dicen “Amar a Dios”, pero cuando actúan, sus actos no demuestran ese amor.
Jesús conoce los corazones de los verdaderos cristianos y sabe quienes son sus discípulos, veamos un ejemplo:
Al escucharlo, muchos de sus discípulos exclamaron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién puede aceptarla?»
Jesús, muy consciente de que sus discípulos murmuraban por lo que había dicho, les reprochó:
—¿Esto les causa tropiezo? ¿Qué tal si vieran al Hijo del hombre subir a lugar donde estaba antes? El Espíritu da vida; la carne no vale para nada.
Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen.
Es que Jesús conocía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que iba a traicionarlo. Así que añadió:
—Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre.
Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él. (Juan 6:60-66a)
Los verdaderos hijos de Dios no les molesta que les hablen de Jesús, es mas pueden estar horas y horas aprendiendo de Él.
A un católico “light” le incomoda y le aburre que le hablen de Dios, pone miles de excusas para acercarse a Él.
Características de un Católico Tibio:
1. En cuanto a Dios:
La mayoría solo lo ven como su “Mesero Celestial” que esta solo para servirles y darles bendiciones. Para ellos Dios esta distante y lo pintan mas que nada como una religión.
2. En cuanto a las Sagradas Escrituras y Documentos de la Iglesia:
No la leen, a pesar que dicen ser católicos. Se acostumbran a leer solo los versículos que les comparten ya sea en la Iglesia, grupo o de otras personas y mas que nada solo se aprenden las promesas de Dios. La mayoría ignora la riqueza de los documentos de la Iglesia Católica como el Catecismo, Encíclicas, etc.
3. En cuanto a la Salvación:
Muchos no la entienden a pesar de llamarse “hijos de Dios”. Piensan que para obtenerla tienen que hacer miles de cosas y algunos dudan de su seguridad eterna.
Otros ni la comparten, simplemente se conforman de que ya no se irán al Infierno y prácticamente son egoístas.
4. En cuanto a la Oración:
Sus oraciones son solo puras peticiones, oran con ganas solo cuando tienen problemas o cuando tienen intereses. No piden por su relación con Dios o por la vida de los demás.
5. En cuanto a su fe:
Su fe es muy débil, es una persona que se desmorona y se desanima fácilmente en las cosas de Dios. Es alguien que se cree cualquier cosa y la Palabra de Dios habita poco en él.
6. En cuanto a la Iglesia:
Por lo general le cuesta asistir y si va la mayoría de las veces es por costumbre o compromiso. La ve como un “Centro Social” y como un lugar donde se llenan las necesidades.
7. En cuanto a su Familia y Amigos:
Solo se acercan a Dios para que les ayude a tener una familia prospera y bonita. En el caso de los solteros para que les regale su esposa(o).
En cuanto a sus amistades solo las tiene para pasar un rato ameno. No hacen que busquen de Dios, se conforman si andan metidas en alguna “Secta cristiana” y no les muestran las verdades bíblicas.
8. En cuanto a los Problemas:
No entiende que son para su crecimiento, piensa que por ser cristiano no sufrirá y por lo general si le pasa algo trágico en su vida tiende a enojarse y a irritarse fácilmente con Dios.
9. En cuanto al Mundo y los Pecados:
No hay mucha diferencia en el si es cristiano o no. Se deja influenciar demasiado por las cosas del mundo, se aleja fácilmente de Dios, no tiene temor por Él y no busca cambiar su mentalidad pecaminosa.
10. En cuanto a ser un Discípulo:
Lo ve como algo opcional y selectivo, es parcial en sus decisiones y no quiere sacrificarse por Cristo.
¿Que dice la Biblia a todo esto?
Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3:15-16)
Principales causas que llevan a ser un Cristiano “Light”:
Algunos no han entendido el verdadero Evangelio de la Salvación y por lo tanto no han confiado realmente en Jesucristo como su Salvador Personal.
Muchos no se exponen a las verdades Bíblicas y conocer mas de Doctrina.
Otros solo piensan en si mismos y no en Dios.
La mayoría entienden al revés el Cristianismo y algunos han vivido siempre en su Iglesia, no entienden que todo se trata de parecerse a Jesús.
¿Que hay que hacer para dejar de ser un Cristiano “Light”?
¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. (Apocalipsis 2:5a)
Tienes que reconocer que estas fallando, tomar la decisión de cambiar de mentalidad y humillarse ante Dios pidiéndole perdón, por sobretodo debes buscarlo en espíritu y en verdad.
¿Que vas a hacer el resto de tu vida? ¿Un Cristiano “Light”?
Recuerda: No se puede llegar a ser un discípulo de Jesucristo cuando se es un católico “Light”.