lunes, 13 de agosto de 2018

La oración que transforma matrimonios:


Estimada Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, gracias por el profundo don del sacramento del matrimonio. Gracias por el magnífico regalo que es mi esposo(a), a quién Tú, perfecta providencia, planeó para mí desde toda la eternidad.
Permite que siempre lo (la) trate como realeza, con todo el honor, respeto y dignidad que merece.
Ayúdame, Señor mío, a ser desinteresado en mi matrimonio, para darlo todo por mi esposo(a), son ocultar nada, sin esperar nada a cambio, reconociendo y agradeciendo todo lo que él (ella) hace por mí y nuestra familia todos los días, ¡Es mucho!
Por favor, fortalece y protege nuestro matrimonio, así como todos los demás. Ayúdanos a orar juntos todos los días. Permítenos confiar en Ti todos los días, de la forma que mereces.
Por favor haz que nuestro matrimonio sea fructífero y abierto a Tu voluntad en el privilegio de la procreación y el cuidado de la vida. Ayúdanos a construir una familia fuerte, segura, amorosa, llena de fe, una Iglesia doméstica.
Estimada Santísima Virgen María, confiamos a ti nuestro matrimonio, ampara a nuestra familia siempre bajo tu manto.
Tenemos plena confianza en Ti Señor Jesús, porque siempre estás con nosotros, y buscas constantemente lo mejor para nosotros, trayendo todo lo bueno, incluso las cruces que has permitido en nuestras vidas.
Querido (nombre del cónyuge): Tú y yo somos uno. Te prometo que siempre te amaré y seré fiel a ti, nunca te abandonaré, daría mi vida por ti. Con Dios y contigo en mi vida lo tengo todo.
Gracias Jesús, Tú eres el gran servidor. Te amamos.
Amén
El mundo en sí mismo, necesita los testimonios de matrimonios fuertes y hermosos, está desesperado por esa luz.
Debemos crear una cultura que estime el matrimonio y la familia, estas palabras deben ser dichas con reverencia: El matrimonio y la familia, son sacramentos sagrados del Amor inestimable de Dios para el mundo.
"Así pues lo que Dios ha unido, que no lo separe en hombre". (Marcos 10,9-10)
Nunca permita que ninguna persona o alguna otra cosa inferior a ustedes, los separe a usted y a su cónyuge.
Dios es uno contigo, Dios es amor, el matrimonio es amor, y el amor perdura sobre lo que sea que venga, no llegará a su fin. [Leer 1 Corintios 13,7-8]
Seamos agradecidos con Dios por el don de nuestra pareja, estamos llamados a ser uno con ellos en el tiempo y la eternidad.
El Señor les bendiga y los haga un matrimonio santo en el amor,

No hay comentarios:

Publicar un comentario