sábado, 30 de abril de 2016

"OBEDIENTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ"


Al hacer el mundo, Dios creó a los hombres para que participramos en esa comunidad divina de amor: el Padre con el Hijo Unigé-
nito en el Espíritu Santo. Este designio divino, que en bien de hombres y para gloria de la inmensidad de su amor, concibió el Padre
en su Hijo antes de crear el mundo (Ef 1,9), nos lo ha revelado conforme

a su plenitud, realizando por medio de Jesucristo la unidad del Universo,(Pue.182
La fe es solamente un saber o afirmar ciertas verdades; sino es ante
todo la aceptación de una persona, en la que se pone completamente la

confianza
1. Nuestra fe en Jesucristo ante todo acepta la persona misma dJesucristo, en totalidad, tal y como le ha sido revelada asi como tambien en su mision.2. Pero como punto de partida, Jesucristo se nos ha revelado como nuestro Salvadory es aquel responde en nuestros anhelos de salvacion.
3. Ya desde el A.T. tenemos una larga historia de fe, cuyo prototipo
es Abraham: los Padres del A.T se salvaron por su fe en Yahvé y en su promesa de salvacion.

gualmente exige en el N.T. la fe y el cumplimiento
de la salvación por él, para ser salvos
4. La verdadera fe en el A.T exige el seguimiento de Yahvé: si Abraham
es nuestro padre en la fe, se debe a que respondió al llamado de Yahvé,
dejando su tierra y su parentela, para seguirlo hasta la tierra prometida.
igualmente en el N.T exige seguirlo como la expresión de la fe en él
y en su obra salvifica.
5. Por lo mismo la fe cristiana es aquella que está centrada totalmente
en Jesucristo como Salvador: tal fe incluye necesariamente la
entrega vital completa, y por lo mismo el seguimiento de Jesús.

6. El cristiano descubre también en el mismo Jesús, quién es Dios.
Preparada esta revelación en el A.T, sólo tras la resurrección de Jesús
conocemos plenamente al Padre como Aquél que lo ha enviado y resucitado,
7. También descubrimos al Espíritu Santo por su participación en la
obra salvifica realizada por Jesucristo. Es la tercera persona de la Trinidad

la que ha actuado la encarnación en el Verbo de María, quien ha inspirado
y guiado a Jesús durante su vida pública, y quien, tras el retorno
de Jesús al Padre, hace presente en la Iglesia la obra salvifica.
La revelación en Jesús y su obra salvifica son pues trinitarias.

La fe se dirige a un "Otro" antes de dirigirse a una verdad.
.Supone la autodonación del hombre, la sumisión libre a la gracia divina,
y la confianza en las promesas divinas
La fe supone: a) un sujeto personal y un término personal; éste
es Jesucristo, y por <E1 la Trinidad,) c) La fe tiene, por consiguiente, un contenido subjetivo y a la vez
el Otro, y cuanto a El pertenece
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE -SALVA
1. La fe en Jesucristo
1.1. Supone un conocimiento de Jesucristo. Porque el conocimiento
se extiende a su objeto, que en este caso es Jesucristo
1.2. Es una fe libre. Según la teología clásica, el motivo
de la fe es la "autoridad de Dios que se revela a sí mismo"
El acto de fe es por lo mismo totalmente libre de parte de
hombre, pues encuentra la firmeza de la verdad no en datos
que se le imponen, sino que libremente de parte de Dios se le
proponen. Por ese motivo
la fe es al mismo tiempo cierta (supone una entrega total y libre.)
1.3. La fe se refiere también a hechos comprobables. Porque
tiene un desarrollo histórico. Más aún, se refiere a la historia
misma, como historia de salvación. Ciertamente Dios se hos ha revelado por Jesucristo
de manera histórica. Pero su revelación va más allá de la
historia y de toda manifestación histórica
2 "Querer reconquistar a un Jesús histórico a costa de un Cristo dogmá-
tico es confundir las dimensiones y comprender erróneamente la fe
como forma inadecuada e imperfecta de conocer.VAT I, De la Fe, canon 2. DS 1811: La fe no contradice
la historia; pero va más allá de ella:
El Nuevo Testamento es unánime: la salvación ya apareció y s
llama Jesucristo Nosotros lo seguiremos .
y por una decisión libre y total del hombre acepta el
sentido que tienen dichos enunciados

la realidad interna de los sucesos; y por una decisión libre

y total del hombre que acepta el sentido que tienen dichos enunciados,
1.4. El fundamento de la fe en Jesucristo. La existencia
histórica de Jesús encuentra en la muerte y resurrección tod
su fundamento: Es su ministerio Pascual el que nos lo muestr
como el "Otro trascendente", metahistórico Por eso en la Resurrección de Jesús descubrió la primer
comunidad toda la base de su fe ( Cor 15,14).
En la muerte y resurrección de Jesucristo encuentra tambié
el cristiano, guiado por el Magisterio de la Iglesia, por una part
la auténtica esencia de Dios (cuya revelación ya se había dad
parcialmente, pero llega a su plenitud en la Pascua
propia existencia histórica ( Cor 15, 17.
Nuestra salvación en Jesucristo, centro de la fe cristiana
El testimonio de la Escritura-Sagrada Escritur
no nos ofrece una ontología de Jesucristo independiente
en una misión salvadora; pero tampoco nos ofrece una salvación
que no esté basada en lo que ES Jesucristo.
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALV
Jesucristo es, pues, Salvador, porque ES Dios. Pero si es
también hombre Jesucristo, su encarnación se debe A SU MISIÓN
salvífica, por la que nos hace también a nosotros hijos
(adoptivos) de Dios7
Conocemos a Jesucristo a partir de su misión. Pero
ésta nos lleva a conocer lo que El Es. y al Padre y al
Espíritu Santo: y sólo
a través de ellas llegamos a vislumbrar un poco el misterio de
Dios en su vida íntima. San Juan: "Dios es Amor" (I Jn 4,16).

"tanto amó Dios
al mundo, que le dio a su Hijo, para que el mundo no perezca,
sino que por El se salve (Jn 3,16).

Según la Sagrada Escritura, Jesús es Dios y hombre
para ser Salvador. Pero es nuestro Salvador precisamente por
ser Dios y hombre.
En la teología más reciente, desde Schleiermaher
se ha impuesto en general la estrecha conexión entre cristologia

y soteriología .

El hecho de la encarnación no es algo sobreañadido. Ni
podemos pensar en Jesucristo como si fuese simplemente
otro nombre de la divinidad: "El camino al Padre va a través
de la naturaleza humana del Hijo"
"No puede negarse que, para el cristiano ordinario, Cristo
está presente en sus actos religiosos únicamente como Dios,
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA
Pero tampoco podemos poner la salvación únicamente en
el hombre Jesús, como si la salvación fuese puramente histó-
rica e intramundana que a lo más tuviese ciertos visos naturales
y teosofistas de una vaga trascendencia, como *para darl
cierto tinte religioso.
Por lo tanto son salvíficos todos y cada uno de los

hechos y palabras de Jesucristo; aun cuando la encarnación y
el misterio pascual sean las cumbres. Hoy, exaltado a la diestra
del Padre, como cabeza de la Iglesia, y por ella de toda la creación
sigue dirigiendo toda nuestra historia hasta que ésta llegue
a su significado total en la parusía.
La fe según el Antiguo Testamento es ante todo una entrega
libre y personal del hombre a Dios; donación de sí que
abarca todo el ser y la historia del fiel. Así nos presenta por
ejemplo la carta a los Hebreos la fe de Abraham (Heb 11, 8-19).
La fe no es más que la respuesta confiada del hombre, que se
abandona en las manos de Dios, confiado en la promesa divina.
Por ello brota espontáneamente la obediencia al Señor: "La
incredulidad aparece en el AT como rebelión y la fe como obediencia
a la palabra de Dios (Núm 14, 9.11; Dt 9, 23; Sal 78,
Por eso la fe en Yahvé poco

a poco va proyectándose
más y más hacia el futuro, sabiendo que la fidelidad del
Señor dura por siempre.
Jesús tiene en sus manos
el poder de curar; así nos presentan los evangelios múltiples
casos en que los enfermos se acercan a Jesús (El leproso, Le 5,13.)
el Centurión de Cafarnaúm, Mt 8, 5, Le. 7, 1;
La profundización de esa fe. Poco a poco las exigencias
de fe son más radicales en el evangelio. Ya no sólo será la
aceptación de lo que El es, sino que Jesús exige algo que sólo
Yahvé podría haber demandado de su pueblo: una entrega que
llegue hasta la vida misma: "Bienaventurados seréis cuando
los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban
vuestro nombre a causa del Hijo del hombre. Alegraos ese
día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en
el cielo" (Le 6, 22-23; cf. Mt. 5, 11-12). Exige de sus discípulos
que se ponga en El la absoluta confianza, tal y como lo exigía
antiguamente el Dios de Israel; así, por ejemplo, cuando lo
reprende por esa falta de abandono en sus manos durante la
tempestad, les dice: "¿Por qué tenéis tanto miedo, hombres
de poca fe?" (Me 4, 40). Jesús se atribuye a sí mismo la garantía
de firmeza que ofrecía Yahvé, a su pueblo: "Porque yo
Yahvé, tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy yo quien
te digo: No temas, yo te ayudo. No temas, gusano de Jacob,
Tras la resurrección, San Pablo comprende que la fe en Jesucri
es una obediencia, exactamente como la fe del antiguo
Israel era la aceptación del plan divino manifestado en la ley
de la Alianza (Dt 1, 6.11).
No es pues una fe que se encierre en sí misma, sino una fe par
proclamarse: en efecto, no se enciende una luz para colocarla
debajo de la mesa, sino sobre ella para que alumbre a todos
hombres (Mt. 5,15 ; Le. 8, 16).
"Ya no os llamo siervos sino amigos, porque cuanto el Padre me ha
comunicado, os lo he dado a conocer'YJn, 15,15).
De hecho constantemente se nos exige en el Nuevo Testamento
un asentimiento
libre a verdades como son en sí, y que nosotros aceptamos
sólo porque el Señor lo ha dicho. Por eso "desde sus
orígenes la Iglesia expresó su fe mediante determinados enunciados"
que conservamos en el Nuevo Testamento como las
confesiones de fe primitivas (I Tes 1, 10; 4, 14; I Cor 1, 8; 12,
San Juan había comprendido que la fe que Jesús exigí
era en su propia persona: lo que El es (Jn 8, 24. 28;
Y Pablo consideraba la fe como
la aceptación real de la resurrección de Cristo y su significación
salvadora {Rom. 10, 9- 10; I Cor 1, 1-9; Flp 2, 10-11, Sabemos por la fe que Jesús nació virginalmente de María,
como Hijo sólo del Padre. Si negamos la concepción virginal,
con base en nuestras categorías humanas, entonces ese al que
llamamos Jesús pero que afirmamos que no fue concebido virginalmente,
en realidad no es Jesús, sino alguien que nosotros
hemos imaginado. En el fondo en tal caso no amamos a Jesús,
sino a nuestra propia imagen.
Pablo nos transmite lo relativo a la institución
de la Eucaristía: "Como yo mismo lo he recibido del
Señor: que el señor Jesús... (I Cor. 11,23); ha recibido del
Señor lo que en realidad ha recibido por transmisión de la
comunidad Apostólica: es un mismo evangelio
( Rom. 1,9; I Cor 1,6-7, etc.).
Fe y seguimiento
Cuando un creyente ha solidificado suficientemente su fe,
Jesús le exige ya no sólo que acepte su poder, o lo que El es, sino también que lo siga: "Decía a todos: si alguno quiere
venir en mi seguimiento, que se niegue a sí mismo, tome su
cruz cada día, y me siga. Porque quien quiera salvar su vida la
perderá; pero quien pierda su vida por mi la salvará" (Le 9,
Toma Jesús la actitud de Yahvé: tiene derecho a pedir
la vida, y de exigir una decisión vital ante su propia persona
El seguimiento de Yahvé en el Antiguo Testamento. El
seguimiento en el AT se refiere a una opción vital de ir tras
Yahvé o tras los ídolos. Es la disyuntiva que propone Elias
al pueblo de Israel (/ Re- 18, 21). Y es el lamento de Yahvé
por medio de los profetas: Israel se ha ido tras los ídolos para
esperar de ellos la salvación,(2 Re 17, 15).
Y la prohibición de ir tras los ídolos se convierte
así en mandamiento. (Dt 6, 14-15). Y y y eso pide el piadoso israelita
en su oración: "Muéstrame, Oh Yahvé, tus caminos, adiéstrame
en tus sendas" (Sal.' 25, 4).16
El seguimiento de Jesús. (Mt. 16, 24; 10, 37; Me. 8,34.)
Debe advertirse ante todo que en
ningún momento parece que el mandato del seguimiento
haya sido exclusivo para los doce apostóles o para algún tipo
selecto de discípulos privilegiados: es para todo aquel que
cree en Jesucristo. La expresión "seguir a Jesús" significa en el evangelio
ser su discípulo. Cf. Mt. 4, 22; 9, 9; Me. 1, 20. Y es equivalente
prácticamente al último mandato de Jesucristo a los discípulos
"Id y haced discípulos en todas las naciones" (Mt 28, 19).
El seguimiento supone en el evangelio que quienes creen
en Jesús se pondrán en marcha tras El para iniciar el movimiento
de reunión para el Reino de los Cielos que está formándose.
Los que le siguen: " Reciben una llamada especial de una invitación a ser sus discípulos."
Jesús: luego deben renunciar voluntariamente a sus posesiones
y a su familia, a todo afán de prestigio y de poder, e incluso
a su propia vida (Me 10, 28ss; Me 9, 33; 10, 42-45; 8, 34-35).
No son lo mismo imitación y seguimiento. Y no es que se
niegue la imitación de Cristo. Pero somos tan pequeños que
apenas podremos realizarla en una mínima escala. Así,, por amor, el discípulo tendrá que servir
a los demás a imitación de su maestro (Me 10, 43; Jn 13,
no hay fe sin seguimiento a Jesús,
La fe cristiana tiene a Jesucristo el Salvador como centro
Cristocentrismo de la fe. En el misterio del hijo de Dios hecho
hombre han sido revelados el misterio personal intradivino, la Trinidad
y el misterio de la Iglesia, que es la humanidad llamada en Cristo

La fe es teocéntrica
y eclesial porque es cristocéntrica; la totalidad de la revelación converge
en estos tres misterios fundamentales, implicados en la encarnación
del Verbo, que revela al Padre, envía al Espíritu Santo y salv
a los hombres. ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA
Todo misterio centrado en Cristo es salvífico. En efecto,
no hay un solo principio de nuestra fe que se haya enunciado
para que conociéramos únicamente la ontologia de Jesucristo.
Lo hemos dicho antes: si Dios es amor, no podemos
conocer sólo una estructura "estática" de su ser, sino que se
nos revela su ser amando. Y ese amor se nos ha manifestado en
las dos grandes obras de Dios: la creación y la redención.
La obra del Padre en el acontecimiento salvífico
La encarnación y la resurrección de Jesucristo, obra
del Padre. Jesucristo se nos presenta en todo el N.T como el
cumplimiento de la promesa del Padre. S. Pablo nos habla de
un destino eterno, que corresponde a un designio trinitario
cuyo origen es el Padre: "pues todas las promesas hechas por
Dios tienen su sí en él, y por eso decimos por él 'amén' a la
gloria de Dios" (2 Cor 1,20).
"la salvación acaecida en Cristo y ese mismo Cristo son originalmente
del Padre"

N.T que el Padre ha enviado al Hijo en la plenitud del tiempo
( Gal 4, 4, Act 3, 13-26; Heb 1, 1-3). Nada pues de
extrañar que el evangelio atribuya al Padre la obra de la encarnación:
"Al sexto mes fue enviado el ángel de Dios..."
(Le 1,26); y los cánticos de María y Zacarías proclaman la
acción divina liberadora del Padre (Le 1, 46-54; 68-79). Igualmente
en el bautismo de Jesús, es la voz del Padre la que lo
presenta al mundo como su "Hijo muy amado", Animismo el
kerygma primitivo de la Iglesia proclama la resurrección de
Jesús como obra del Padre como lo hacen también
las primeras confesiones de fe

La idea no era del todo extraña en el AT. De hecho Israel con

frecuencia se siente hijo de Yahvé (Ex 4, 22ss; Os 2,1; 11
lss; Is l,lss, etc.). Más que a una "creación" (en el sentido'
de que Dios es Padre por ser creador), el A.T se refiere a la conductaque Yahvé observa respecto a su pueblo, semejante a
la de un Padre (cf. Is 63, 7-64,12; Dt 8,5; Sal 103,13, etc.).
Jesús en cambio se dirige normalmente a Dios como a su
Abbá, pues existen por lo menos 170 casos en los evangelios
en que Jesús designa a Dios por esa palabra.
encomienda a los discípulos: "Como el Padre me envió, así
yo os envío" (Jn 20, 21; cf. Mt 28, 19; Me 16, 15). Es sobre
todo San Juan quien insiste en la teología de la misión recibida
del Padre; por eso Jesús no habla por sí mismo, sino lo que ha
oído del Padre (Jn 5, 30; 8, 28; 15, 15), y sus obras (milagros
son del Padre (5, 36; 10, 25). Pero no es teología exclusiva
de Juan. Los sinópticos lo indican a su manera. En efecto,
Jesús ora al Padre antes de realizar sus obras ( Le 6,12-13;)
Jesús nos revela al Padre como término de nuestra
salvación. "Padre, quiero que donde yo esté estén también
conmigo los que tú me has dado, para que contemplen mi gloria,
la que tú me has dado, porque me has amado antes de la
creación del mundo...
Padre ha exaltado al Hijo por su obediencia, dándole un nombre
sobre todo nombre es "para que toda lengua confiese que
jesús es el Señor, para la gloria del Padre" (Flp 2, 11); pues
"Dios tuvo a bien hacer residir en El (Cristo) toda la plenitud
y reconciliar por él y para él todas las cosas" (Col 1,19-20).
Igualmente está ligado el Espíritu Santo al misterio de
la anunciación del precursor, ya que éste "estará lleno del Espí-
ritu Santo desde el seno de su madre" (Le. 1,15).
Santo se atribuye la obra de la santificación de la humanidad de
Jesucristo:
Juan Bautista, a Jesucristo se le da "sin medida", en toda su plenitud,
de la cual todos participamos "gracia sobre gracia" (Jn 3 34-35' ) Jesucristo Salvador, revelador del Espíritu Santo. Durante su ministerio Jesús

con frecuencia atribuye su obra al Espíritu Santo; por ejemplo,

sus milagros en Marcos (3, 29-30). Y es el Espíritu quien ha reposado sobre El, o lo ha ungido, para su
misión profética {Le. 4, 18; Mt 3,18), al atribuirse a sí mismo
la misión del Deuteroisaías (Is. 61, 1-22). Por eso Jesús "bautizará
en el Espíritu" (Mt. 3, 11; Me. 1, 8; Le. 3, 16); y en virtud
del espíritu expulsará los demonios, signo de la victoria
mesiánica y de la presencia del Reino de Dios (Mt. 12, 28;)
La Iglesia entenderá
por lo mismo que el bautismo no será sólo en el nombre
de Jesús, sino del Padre y del Espíritu igualmente (Mt. 28,19).
El Espíritu Santo consuma la obra de Jesucristo en la
Iglesia. Jesús mismo les había dicho que El Espíritu Santo
hablaría por boca de los apóstoles ante los gobernantes (Me 13,11)
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA
Es así el "Espíritu de Jesucristo" el que
habla por los Apóstoles en la primitiva comunidad (Act. 2,33)
Y es que Jesús ha sido glorificado por
el Padre en la resurrección, recibiendo el Espíritu Santo prometido
para confiarlo a su Iglesia (Act. 2, 36). Por ello Juan contempla
la continuación de la obra inspiradora del Espíritu Santo
como la misma obra de Jesús el Maestro, durante el tiempo de
la Iglesia: "El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad
completa" (Jn. 16,13). Y será el mismo Espíritu el que nos comunique

la justicia y la santidad divinas (Jn, 16,8-11). Por ello Sa
Pablo ve también como obra del espíritu la oración (Rom. 8,26),

• La paternidad de Dios en el Antiguo Testamento.
• El Espíritu de Dios en el Antiguo Testamento.
• Fe y fidelidad en el Antiguo Testamento.
• Los nombres para designar a Dios en el Antiguo Testamento,
¿son solamente designaciones ontológicas (o
sea que revelan la esencia de Dios), o son primariamente

salvíficas?
Guía pastoral
Círculo Bíblico. Discutir el siguiente tópico: ¿vivimos
una fe cristológica en la comunidad en que nos movemos? Es
decir: ¿vivimos prácticamente como antiguos israelitas, un monoteísmo
centrado en Yahvé, al que sólo le hemos cambiado
de nombre para llamarlo Jesucristo? ¿O verdaderamente nos
dirigimos hoy a la Trinidad por la humanidad de Jesucristo?
Un caso clave, la Eucaristía: ¿somos conscientes de que nos
acercamos a la Trinidad por el cuerpo de Cristo? ¿o en realidad
recibimos la comunión como si en ella se nos diese "Dios",
y no el Hijo de Dios hecho carne? ¿Es esto una mera consideración
teórica, o tiene importancia para nuestra pastoral y espiritualidad?
( EL VERDADERO VALOR DE JESUCRISTO EN NUESTRAS VIDAS.)
a) Para este grupo concreto, ¿es Jesucristo solamente un
santo más a quien se reza al igual que a los demás?
b) ¿Tiene este grupo una idea de lo que significa que Jesucristo
sea el Hijo de Dios hecho hombre? ¿o piensa en la práctica
que Jesucristo es otro nombre para llamar a Dios?
c) ¿En qué consiste la fe de este grupo? ¿En sólo llevar
a los niños a bautizar, y en asistir a misa los domingos? ¿O
además advierte y acepta que la oración y el culto necesariamente
llevan al cristiano a un seguimiento de Cristo, en el compromiso
por la vida apostólica?
TEMA II TODOS LOS HOMBRES EXPERIMENTAN EL
MAL Y BUSCAN LA SALVACIÓN. RESPUESTAS

DE LAS RELIGIONES, DE LAS FILOSOFÍAS Y

DE LA REVELACIÓN
Los hombres de las varias religiones esperan la respuesta a los recónditos
enigmas de la condición humana que ayer como hoy turban
profundamente el corazón humano: la naturaleza del hombre, el sentido
y el fin del dolor, el camino para llegar a la verdadera felicidad,
la muerte, el juicio y la sanción tras la muerte

La promesa de salvación que Yahvé hizo en el A.Ty su cumplimiento
trinitario por Jesucristo en el NT no han caído en un vacio de esperanzas;
sino que corresponden a las más íntimas y legítimas aspiraciones de los
hombres de todos los tiempos:
1. Porque todos los hombres han experimentado y experimentamos
el mal, en todos los tiempos: Pero ni conocemos plenamente las causas
del mal, ni cómo liberarnos (por más que, aun sin la revelación, se conozcan
algunas causas y se puedan intentar ciertas liberaciones legítimas
pero parciales).
2. Por ello los hombres de todos los tiempos han intentado buscar
las raíces del mal y poner a ellas un remedio. Sin la revelación el hombre
puede encontrarlas sólo parcialmente. La revelación no es pues contradicción
de los anhelos humanos, sino su cumplimiento.
3. Todas las religiones de la historia han intentado afrontar este problema,
y ofrecerle una solución: algunas buscan el camino de liberación
en el hombre mismo, otras en un auxilio de lo alto.
4. No siendo posible encontrar en el lenguaje humano aquellas expresiones
que plenamente revelan la divinidad y su intervención en el mundo
para la salvación del hombre, todas las religiones han usado para manifestar
estas verdades trascendentes algunos instrumentos simbólicos de expresión:
son por ejemplo las parábolas, mitos, signos de tipo "sacramental"
(como los sacrificios), etc. Tales expresiones corresponden a lo
más íntimo del ser humano.
5. También las filosofías y las ciencias han tratado de dar a su modo
respuesta a dicho problema. Muchas de sus proposiciones pueden ser digna
y aceptables; pero ninguna nos ofrece una liberación completa.
6. Dios en su bondad ha querido acudir a nuestra salvación revelándonos
la raíz del mal (el pecado), que va más allá de las solas estructuras El A.T debe leerse pues como historia de salvación: no sólo como

historia positiva de la liberación de un pueblo. Desde el principio es cristológica:
la plena manifestación en Jesucristo. Más aún, el A.T era la
"Palabra de Dios" para la primera comunidad cristiana. He aquí por qué
el A.T ilumina el N.T y a su vez es iluminado por éste.
1. Experiencia del mal.
Así lo demuestran los descubrimientos arqueológicos de las culturas
más primitivas: el hombre se sentía incapacitado de vencer
la muerte; imposibilitado de dominar las fuerzas de la naturaleza;
acuciado por el hambre; amenazado por los enemigos. Desde
siempre ha presentido la necesidad de liberarse y su
necesidad de encontrar un recurso de salvación.
El mal: explicación y liberación.
Imposible hacer aquí una fenomenología completa de la
experiencia del mal en el mundo, y de los intentos para liberarseANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA

La diferencia de matices entre divinidades 'salvadoras' en cuanto divinidades,
y de divinidades 'más particularmente salvadoras' en cuanto
puestas tradicionalmente en situaciones singulares o especialmente
peligrosas, no nos autoriza aun para hablar de soteriologfa como de una
forma religiosa bien distinta y definida: en efecto, en todas las religiones
Yahvé . A diferencia de otra s religiones.

Es la idea de salvación que implica en general dos elementos: uno
negativo: salvar a alguno es liberarlo de un estado de sufrimiento, de
una enfermedad, de un peligro, etc. Otro elemento es positivo: Yahvé
eleva al hombre salvado a un estado nuevo que supone la salud, el
bienestar, la seguridad, etc., según la naturaleza del peligro del que ha
sido salvado. Pero debemos aún precisar esta noción general para
En efecto, la salvación se encuentra también en
otros sistemas religiosos que le dan un contenido notablemente diverso.
Debemos por tanto descubrir: qué distingue la noción de las concepciones no cristianas;
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA

Explicaciones racionalistas de
todo tipo. Por ej. desorden ético
debido a diversos motivos, como
ignorancia, estructuras sociales
o políticas deficientes, psicología
"desviada" de la "conducta
antisocial" de quien ha cometido
un delito, etc.
b) Formar la conciencia ética,
estructuras injustas, reeducación
de las desviaciones psicológicas
d)sociales, etc.
c) Explicaciones metafísicas. Por
ej. concepción de la materia como
mala en sí misma, o de la existencia
del mundo como ilusoria
o incluso, objetivación (o personalización)
del mal en un demonio
o dios del mal, etc.
c) Fuga del mundo material ^
incluso de la vida (en forma real
o simbólica), "iluminación de 1^
realidad" por negación del m ^
como al contrario: ganarse su be.
nevolencia), etc.
d) Revelación del pecado. d) Redención y conversión.
Se debe advertir que en las religiones y filosofías racionalis.
tas, el hombre se libera por sí mismo. En otras religiones nor.
maímente se espera la liberación, de un dios o de un ser superior, Y en otras se encuentra incluso, en mayor o menor grado,
Cristo es, entonces, la plena respuesta divina a las más
hondas aspiraciones del hombre; que cae por tanto no en el
vacío, sino en el corazón del hombre que, consciente o inconscientemente,
busca la salvación .
Como hemos visto arriba, algunas religiones buscan la salvación
a través de la figura de un salvador; otras no. Incluso
las muy fatalistas.
la existencia del mal fue el de concebirlo como una fatalidad
En cambio otras religiones no tienen una figura salvífica,
por más que "iluminen" al hombre en el camino de su liberación.
Por ej. en el budismo clásico, Buda no es un dios, sino el
maestro iluminado que predica una verdad trascendente incluso
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA

mas allá de los dioses. Buda es "el doctor iluminado que ofrece
la diagnosis y la terapia"
No es salvador, pero revela al hombre
que la insatisfacción y el sufrimiento se deben a la ignorancia.
Sobre el budismo nos dice el Concilio Vaticano II:
En el budismo, según sus varias escuelas, se reconoce la radical insuficiencia
de este mundo material, y se enseña una vía por la cual los
hombres, con corazón devoto y confiado, son capaces de conquistar
el estado de liberación perfecta, y de llegar al estado de iluminación
suprema por medio de los propios esfuerzos y con la ayuda de lo alto.
Elementos comunes a las religiones.
El hombre no tiene palabras directas para expresar lo divino,
ni acciones que de por sí lo pongan en comunión inmediata
con la divinidad.

La "analogía" de la experiencia humana para expresar lo divino
se funda en el hecho de que toda la realidad participa de lo
divino, en una cierta manera
Pero no le es suficiente al hombre representar lo trascendente:
también tiene necesidad de unirse con la divinidad, o
al menos con el mundo de lo divino.
El hombre racionalista reduce en múltiples ocasiones
el mal humano a faltas a la norma ética, que trata de explicar
de múltiples maneras que tienen una cosa en común: no van
mas allá, en sus raíces, de los elementos naturales con que cuenta
el hombre. Y así también busca la corrección (más que la
salvación), en una conducta recta y digna del hombre, según
las justas leyes de la convivencia humana. Se trata generalmente
una nueva forma de pelagianismo, presentada bajo colores
humanistas.
Habría que preguntar en primer lugar si verdaderamente
el hombre, sea individual o colectivamente, cuenta con las
fuerzas suficientes para librarse de sus propias pasiones
ANTIGUO TESTAMENTO: YAHVE SALVA
Para el científico evolucionista el pecado no existe,
sino más bien una etapa por superar en sus elementos negativos.

El psicologista excesivo tratará de reducir la idea de Dios en el hombre, por ejemplo a una super estructura ilusoria
proveniente del anhelo de un "paraíso perdido",
Negado el pecado, podría reducirse la conciencia
del mismo a la experiencia de un complejo de culpa por eliminar
o por superar.
El existencialista ateo sentirá la vaciedad y el absurdo
de un hombre sin esperanza de liberación. Se trata de una cosmovisión
pesimista que no consentiría una salvación "desde
fuera" (desde Dios), que transformase el interior del hombre.
El hombre ha perdido irremisiblemente todo significado.
El hombre víctima de la sociedad industrial se siente
amenazado por las guerras que pueden destruirlo con los instrumentos
que él mismo ha fabricado; pero lejos de la esperanza
en Dios, busca salvaciones provisorias en frágiles tratados de Paz.
El hombre moderno
ya no sufre en primer ligar por no cumplir las leyes religiosas, o
por las presiones que dimanan de éstas. Su sufrimiento deriva más
bien de la opresión del trabajo, de la sociedad eficientísta, de los sistemas
políticos. Siempre busca la libertad y la liberación; más no la
busca tanto en la sola fe, como la ofrece San Pablo, sino en el cambio
concreto de la situación y en la transformación de la estructura social".

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