El nombre sagrado de Dios: ¿Está el cristiano obligado a usarlo?
¿Es el verdadero nombre de nuestro Padre Celestial el tetragrama hebreo YHWH? ¿Debemos usar YHWH (en lugar de “Dios”) cuando nos dirigimos a él o cuando mencionamos su nombre en público?
En Hechos 4:12, Pedro declara lo siguiente: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. ¿Cuál, pues, es ese nombre por el que debemos ser salvos? ¿Son los nombres realmente tan importantes?
Sí, los nombres son muy importantes, y la Biblia reconoce su gran significado. Cuando alguien se presenta en el nombre de otra persona, él o ella actúan bajo la autoridad de ese nombre. Los embajadores de las diferentes naciones actúan bajo la autoridad de sus gobiernos. Dios cambió los nombres de muchos patriarcas del Antiguo Testamento con el propósito de reflejar el verdadero carácter de sus dueños, pero no les cambió el nombre a otro idioma.
El nombre hebreo de Abram fue cambiado a Abraham, también en hebreo, que significa “padre de muchas naciones”. El nombre de Jacob, que quiere decir “suplantador”, fue cambiado al de Israel, que significa “el que prevalece con Dios”. Pero ambos nombres fueron cambiados dentro de su misma lengua nativa, no a otro idioma.
El Hijo de Dios vino a la Tierra en el nombre de su Padre. ¿Cuál es ese nombre? A menos que uno tenga el nombre de su Padre Celestial, no es su Hijo y heredero. ¿Es pecado usar el nombre de Jesucristo o llamar a su pueblo “la Iglesia de Dios”? ¿Es el verdadero nombre de nuestro Padre Celestial el tetragrama hebreo YHWH? ¿Debemos usar YHWH (en lugar de “Dios”) cuando nos dirigimos a él o cuando mencionamos su nombre en público?
El lenguaje del Nuevo Testamento
Tal como los libros del Antiguo Testamento, que en su mayoría fueron escritos en hebreo, los libros originales del Nuevo Testamento fueron escritos en griego (con la posible excepción de Mateo y Hebreos). De acuerdo a la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea, libro VI, cap. 14: “La epístola a los Hebreos es la obra de Pablo, y . . . fue escrita a los hebreos en el lenguaje hebreo, pero . . . Lucas la tradujo cuidadosamente y la publicó para los griegos y por lo tanto, el mismo estilo de expresión se encuentra en esta epístola y en Hechos”.
Este relato explica que Pablo tuvo que escribir esta epístola a los hebreos en su misma lengua, para poder ejercer influencia sobre los sensibles judíos religiosos. Pero más tarde fue traducida por Lucas y publicada para los griegos en el idioma griego. Si esta afirmación es cierta, quiere decir que Dios inspiró la traducción al griego hecha por Lucas y la preservó para nosotros hasta hoy día, ya que la versión hebrea se perdió.
Eusebio también registró para nosotros lo siguiente acerca del evangelio de Mateo, en el capítulo 25 del Libro VI de Historia Eclesiástica: “Entre los cuatro evangelios, que son los únicos indiscutibles en la Iglesia de Dios bajo los cielos, he aprendido por tradición que el primero fue escrito por Mateo, quien fuera una vez publicano pero más tarde apóstol de Jesucristo, y que fue preparado para los conversos del judaísmo y publicado en el idioma hebreo”. No sabemos con seguridad si el evangelio de Mateo fue escrito primeramente en hebreo, pero es posible.
Otro teólogo e historiador, Jerónimo, nos dice que el evangelio de Mateo fue traducido al idioma griego para toda la Iglesia ( Lives of Illustrious Men [Vidas de hombres ilustres], capítulo 3). Esta es otra prueba de que Dios inspiró la versión griega de Lucas a fin de que fuera preservada y canonizada para nosotros hasta la actualidad. De acuerdo a F.F. Bruce en su libro The Books and the Parchments (Los libros y los pergaminos), la versión aramea de la Biblia que tenemos en la actualidad es reconocida como una traducción del griego, a pesar de que algunos erróneamente alegan lo contrario.
Es muy fácil comprobar que el idioma original del libro de Mateo no fue el arameo. Examinemos Marcos 15:34, que en español dice: “Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: ‘Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?’ que traducido es: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’” Fíjese cuidadosamente en la segunda mitad del versículo 34: aquí se manifiesta que Marcos (cuyo evangelio probablemente fue el primero de los cuatro en ser escrito) incluyó las palabras finales de Jesucristo tal como salieron de su propia boca. Las palabras de Jesús son citadas en arameo (idioma en el cual él se dirigía a sus discípulos), pero Marcos las tradujo al griego.
Si el arameo hubiese sido el idioma original del Antiguo Testamento, no habría habido necesidad de insertar las palabras arameas (Eloi, lama sabactani) en el texto, ¡ya que las personas que hablaban arameo hubieran sabido automáticamente su significado! El comentario “que traducido es”, como aparece registrado en la versión Reina Valera, ¡no habría sido necesario! El Nuevo Testamento en arameo repite exactamente las mismas palabras en griego. Esta es solo una prueba, entre muchas otras, de que el arameo no pudo haber sido el idioma original del Nuevo Testamento.
En el Nuevo Testamento, las palabras arameas son citadas y comúnmente traducidas al griego para los pueblos de habla griega. En la mayoría de los casos, las palabras arameas son traducidas del griego tal como aparecen en la versión aramea del Nuevo Testamento, no del arameo original.
En Juan 1:41 encontramos que, en general, el público de habla griega no estaba familiarizado con el significado de la palabra hebrea Meshiach, que significa “el ungido”. El equivalente griego de Meshiach es Messias. La mayoría de los griegos no conocía esa palabra, por lo cual Juan la tradujo como Christos, que en griego significa “el ungido”.
Otros nombres de Dios, además de YHWH
El Nuevo Testamento contiene varios nombres para referirse a nuestro Creador. De la misma forma, el Antiguo Testamento registra muchos nombres para referirse a Dios.
Algunos individuos y grupos insisten en que el único nombre verdadero del Creador es el tetragrama YHWH en idioma hebreo, y que éste es el único nombre que debemos usar cuando nos referimos a Dios. Este argumento se basa en la palabra castellana “SEÑOR”, que en el Antiguo Testamento se usa en lugar de YHWH.
Sin embargo, los otros nombres de Dios que aparecen en el Antiguo y el Nuevo Testamento no son simplemente títulos, como argumentan ocasionalmente estos grupos. Dios también era conocido por otro nombre antes de Éxodo 3:15, cuando él se reveló a sí mismo como YHWH ante Moisés y, según la Biblia, éste era un nombre, no un título. Note lo que dice Éxodo 6:3: “Además dijo Dios a Moisés: ‘Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos’”. Dios le dice a Moisés que Abraham, Isaac y Jacob no lo conocían por el nombre YHWH, sino por el nombre El Shaddai o El Shaddee.
Por alguna razón, los proponentes de la “doctrina del Nombre Sagrado” no insisten en que debemos usar el primer nombre, es decir, el nombre por el cual el Dios del pacto se dio a conocer a nuestro padre del pacto, Abraham. Después de todo, las bendiciones que recibimos vienen por medio de Abraham (y esencialmente, por medio de Jesucristo). Si únicamente podemos dirigirnos a Dios por el nombre YHWH, ¡quiere decir que Abraham, Isaac y Jacob no podrán ser salvos, ya que el nombre YHWH no les fue revelado! Cuando analizamos palabra por palabra Éxodo 3:15 en hebreo, es muy fácil comprobar que ellos no conocían a Dios únicamente por el nombre de El Shaddai, sino también por el deElohim.
En toda la extensión de este versículo, el nombre de Dios es Elohim (aunque la palabra “SEÑOR” que se incluye en él es la palabra hebrea YHWH).
El arameo
Existen secciones en el Antiguo Testamento cuyo lenguaje original es el arameo, y no el hebreo (Daniel 2:4 al 7:28; Esdras 4:8 al 6:18; y Esdras 7:12-26). En ninguna de estas secciones en arameo encontramos los términos hebreos para referirse a Dios, pero en cambio, encontramos la expresión aramea Elah.
Se debe enfatizar que en el Nuevo Testamento hay muchos pasajes como el de Marcos 9:38, en donde Juan le habló a Jesús acerca de “uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue”. Es probable que el idioma que se hablaba con más frecuencia haya sido el arameo; y Jesús dice que ellos hicieron estos milagros en sunombre. Si alguien hubiese verbalizado el nombre YHWH en aquel tiempo, hubiese sido arrestado, juzgado y tal vez apedreado por orden del Sanedrín (que contaba con el apoyo y la autorización de los romanos).
¿Cómo hubiera sido posible que Dios llevara a cabo milagros en este nombre, Elah (indiscutiblemente arameo), si supuestamente él solo reconocía el nombre YHWH?
¿Podría Cristo haber permitido tal cosa en alguno de sus nombres que no fuera YHWH? ¿Lo hubiera apoyado y amparado su Padre si Dios no quisiera ser reconocido ni llamado por ningún otro nombre que no sea YHWH? Este ejemplo se repite numerosas veces en el Nuevo Testamento.
El idioma hebreo
El Antiguo Testamento fue preservado por siglos y se componía únicamente de consonantes, aunque se utilizaban semiconsonantes para indicar ciertas vocales largas. La pronunciación exacta de las palabras, con sus vocales, fue preservada solamente para uso oral, y fue transmitida así de una generación a otra.
Los sonidos de estas vocales no fueron registrados por escrito sino hasta el siglo sexto o séptimo d.C., aproximadamente. En ese tiempo, los eruditos judíos del momento, conocidos como masoretas, crearon símbolos para representar las vocales que usaban según su tradición oral. Ellos agregaron dichos símbolos o puntos al texto del Antiguo Testamento, que hasta entonces solo había tenido consonantes.
Lamentablemente para nosotros, los judíos dejaron de pronunciar el tetragrama YHWH, el nombre del Creador, mucho antes de la aparición de los masoretas, por considerarlo demasiado sagrado como para ser usado.
Cuando los judíos recitaban oralmente el texto del Antiguo Testamento, sustituían la palabra Adonai (“Señor”, en español). Algunas veces los judíos también dicen Elohim en lugar de YHWH. Esta práctica se inició mucho antes de la época de Herodes.
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