sábado, 11 de junio de 2016

! .Soteriologia, doctrina de la salvación.!

.Soteriologia, doctrina de la salvación
Según indica el término, soteriologia. significa palabra sobre la salvación (sótería). Por ello, la teología entera de la historia de la salvación de la que no puede separarse la doctrina sobre «Dios en sí» (la teología simplemente) — es.. s... Y, a la inversa, la s.... jamás debería reducirse a la mera doctrina del perdón de los pecados. Pues, ya previamente al pecado y al perdón de los pecados, la salvación del hombre no es obra solamente suya (sobre la base de un orden de la creación), sino una comunicación libre de Dios mismo por la gracia, la cual no sólo se da como oferta de esa comunicación divinizadora, sino también como aceptación libre de la misma, que se debe precisamente a la acción de la gracia en cuanto eficaz. Si, por consiguiente, la s. es la doctrina de la salvación del hombre (es decir, de la posibilidad establecida por Dios y de la realidad de su cumplimiento) en Jesucristo, entonces una s. debe incluir todos estos momentos «supralapsarios» en su temática obligada de antemano. es cierto, sin embargo, que Dios ha permitido el pecado como condición para la aparición de su amor radical por el que se comunica a sí mismo, el cual es más grande y absoluto que la contradicción contra él. El hombre, que como criatura ha de responsabilizarse ineludiblemente en el proceso de la decisión, de cara al pecado ciertamente debe distinguir (frente a la doctrina de una predestinación a la culpa) entre «voluntad» y «permisión» de Dios.
Soteriología como teología de la muerte de Jesús
Un..s...que en la muerte de Jesús sólo ve la forma casualmente dispuesta de una satisfacción, la cual hubiera podido conseguirse de otro modo, desconoce la importancia central de la muerte de Jesús como tal, y no logra hacer comprensible la interna significación redentora de nuestra muerte en Cristo como acontecer radical y definitivo de la redención subjetiva.......
JESUCRISTO ÚNICO SALVADOR
El cometido fundamental de la Iglesia en todas las épocas y particularmente en la nuestra —como recordaba en mi primera Encíclica programática— es "dirigir la mirada del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda la humanidad hacia el misterio de Cristo"
La misión universal de la Iglesia nace de la fe en Jesucristo, tal como se expresa en la profesión de fe trinitaria: "Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos... Por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo y, por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre"En el hecho de la Redención está la salvación de todos, "porque cada uno ha sido comprendido en el misterio de la Redención y con cada uno Cristo se ha unido, para siempre, por medio de este misterio"Sólo en la fe se comprende y se fundamenta la misión. Remontándonos a los orígenes de la Iglesia, vemos afirmado claramente que Cristo es el único Salvador de la humanidad, el único en condiciones de revelar a Dios y de guiar hacia Dios. A las autoridades religiosas judías que interrogan a los Apóstoles sobre la curación del tullido realizada por Pedro, éste responde: "Por el nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros... Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Act 4, 10. 12). Esta afirmación, dirigida al Sanedrín, asume un valor universal, ya que para todos —judíos y gentiles— la salvación no puede venir más que de Jesucristo. En el Evangelio de san Juan esta universalidad salvífica de Cristo abarca los aspectos de su misión de gracia, de verdad y de revelación: "La Palabra es la luz verdadera que ilumina a todo hombre" (cf. Jn 1, 9).
Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres: "Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno, y de este testimonio —digo la verdad, no miento— yo he sido constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe y en la verdad" (1 Tim 2, 5-7; cf. Heb 4, 14-16). Los hombres, pues, no pueden entrar en comunión con Dios, si no es por medio de Cristo y bajo la acción del Espíritu. Esta mediación suya única y universal, lejos de ser obstáculo en el camino hacia Dios, es la vía establecida por Dios mismo, y de ello Cristo tiene plena conciencia. Aun cuando no se excluyan mediaciones parciales, de cualquier tipo y orden, éstas sin embargo cobran significado y valor únicamente por la mediación de Cristo y no pueden ser entendidas como paralelas y complementarias

No hay comentarios:

Publicar un comentario