A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO
El proverbio A Dios rogando y con el mazo dando significa:
El proverbio A Dios rogando y con el mazo dando significa:
¿que a la vez que orar para que Dios te asista no has de dejar de arrimar el hombro o bien que mucho rezar y luego vas haciendo la vida imposible a los demás?
¿O ambas definiciones son válidas? A Dios rogando y con el mazo dando:
La fe es algo que si se deja sola solo produce esperanza. Si se quiere tener resultados hay que tener fe y moverse.
Mucha gente pasa la vida esperando a que del cielo les caiga un milagro y piden a Dios y piden pero no ven nada. La misma Biblia dice que "la fe sin obras es muerta".
En la vida hay que tener fe pero también hay que actuar. Cuando actuamos vemos los resultados de lo que queremos más rápido que cuando nos sentamos a esperar a que nos lleguen las cosas.
Como cristiano tengo fe pero también reconozco que hay cosas que le toca a uno hacer. Imagínese que yo le pida a Dios "ay Dios tráeme el dinero sin yo tener que trabajar". A menos que vea los cupones como un milagro y me los aprueben no será nada lo que veré. Lo que se puede lo hago yo y lo imposible se lo dejo a Dios y para lo difícil pido su ayuda pero lo intento.
Dicen que un hombre común llevaba un carro cargado y se le rompió en un camino por el que venía San Bernardo. De inmediato, el hombre le rogó al santo que interviniese ante Dios para que se arreglase el carro, a lo que el santo contestó: “Yo le rogaré a Dios, amigo, y tú, entretanto, da con el mazo”. Otra versión señala que un artesano debía realizar un trabajo muy dificultoso, tallando unas caras, y le pidió a Dios que se hicieran por obra y gracia suya. Como el milagro no obrara, el padre del tallador manifestó: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Desde entonces, la expresión indica que mientras pedimos ayuda divina, nos esforcemos por sacar el trabajo adelante. Así y todo, son muchos los que la usan para describir cierta dualidad manifiesta en la conducta de alguien: reza y va a misa, pero es cruel o avaro con los demás. No confíes solo en la ayuda divina, tú tienes que poner también mucho de tu parte. ¡Ayúdate y ayudarte he! La postura del diligente que primero pone su esfuerzo y luego confía en la ayuda de Dios se refleja en el proverbio Al que madruga Dios le ayuda. La postura contraria del que siempre encuentra una excusa para no esforzarse se refleja en otro proverbio contrario que dice No por mucho madrugar amanece más temprano.
Por cierto, rogar a Dios es pedirle ayuda y no simplemente rezarle, de modo que es muy difícil que alguien invoque a Dios para que le ayude a ir por ahí “haciendo la vida imposible a los demás”.
Por cierto, rogar a Dios es pedirle ayuda y no simplemente rezarle, de modo que es muy difícil que alguien invoque a Dios para que le ayude a ir por ahí “haciendo la vida imposible a los demás”.
La idea implícita en la interpretación negativa del proverbio que comentamos es que hay gente rezadora y muy religiosa, cuya fe no se refleja precisamente en un especial amor al prójimo, segundo gran mandamiento según Jesucristo:
Los fariseos, oyendo que había hecho enmudecer a los saduceos, se juntaron en torno de Él, y le preguntó uno de ellos, doctor, tentándole: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley? Él le dijo: Amará al señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a este, es: Amarás al prójimo como a ti mismo. De estos dos preceptos penden toda la Ley y los Profetas. (Mt 34-40).
La boca reza y la mano mata.
La boca reza y la mano mata.
Con la boca rezando y con la mano matando.
Hay en español algunas expresiones parecidas:
No por mucho rezar se es mejor persona.
No por mucho rezar se es más cristiano.
No por mucho rezar se es santo más temprano.
Mejor labrar y abonar el campo que rezar y cantar.
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